Al acto acudieron las máximas autoridades del Estado, encabezados por el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y los presidentes del Congreso y el Senado, y del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, entre otros.
Entre los más de mil asistentes al funeral se encontraban también todos los ministros del Gobierno a excepción del titular de Economía y los tres expresidentes del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar y Felipe González, así como todos los presidentes de Comunidades Autónomas y de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla y medio centenar de autoridades internacionales.
En su homilía, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha subrayado la «vida al servicio de España» de Adolfo Suárez y, en referencia al epitafio inscrito en su tumba, ha destacado que la «concordia» fue posible gracias a él.
«La concordia fue posible con él. ¿Por qué no ha serlo también ahora y siempre en la vida de los españoles, de sus familias y de sus comunidades históricas?. Buscó y practicó tenaz y generosamente la reconciliación en los ámbitos más delicados de la vida política y social de aquella España que, con sus jóvenes, quería superar para siempre la Guerra Civil: los hechos y las actitudes que la causaron y que la pueden causar», ha subrayado el cardenal arzobispo encargado de oficiar la ceremonia.