La crisis económica está provocando un deterioro de la salud de muchos ciudadanos en España y uno de los grupos «más vulnerables» son los niños, ya que el impacto se traducirá en un mayor riesgo de desarrollar enfermedades a largo plazo que, en muchos casos, se prolongará hasta la edad adulta.
Esta es una de las principales conclusiones del último informe de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), que ha recopilado diferentes estudios que ponen de manifiesto que los niños que viven en situaciones de pobreza o de dificultades tienen de adultos más riesgo de desarrollar de adultos enfermedades cardiovasculares, trastornos cognitivos y problemas de salud mental.
Además, como ha recordado una de las editoras del informe, Inma Cortés, los problemas socioeconómicos de muchos de estos menores, como consecuencia del desempleo de sus padres, también condicionará su desarrollo profesional de adultos.
El informe también alerta del aumento de las enfermedades mentales como consecuencia de la crisis, especialmente ansiedad y depresión, y del descenso de la natalidad, ya que calculan que se han producido unos 40.000 nacimientos menos en 2012.