El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dejado clara su intención de seguir adelante con la idea de reformar la ley electoral para la elección directa de alcaldes por ser una medida, que junto a otras como la limitación de aforados, «puede servir para mejorar el país».
Rajoy ha defendido su propuesta en la sesión de control del Congreso, donde también ha criticado a los socialistas que no quieran negociarla cuando la llevaban en su programa electoral -así fue en 2004-.
No ha sido el único reproche al PSOE: cuando la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, le ha recordado el caso Bárcenas para señalar que carece de credibilidad para impulsar medidas de regeneración, Rajoy le ha replicado que, al menos, él compareció ante el Parlamento por este asunto, mientras el PSOE nunca lo ha hecho por el caso de los EREs fraudulentos en Andalucía.
En este debate con la portavoz socialista -no le ha preguntado el todavía líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ya se despidió del Congreso el pasado 26 de junio- Rajoy ha explicado que con las propuestas de regeneración pretende atender las preocupaciones de «muchos españoles a los que hay que escuchar».
Por eso, ha señalado la necesidad de tomar medidas que mejoren las instituciones o el funcionamiento de las administraciones y después ha incidido en las dos propuestas «estrella» de esta agenda: la limitación de aforados y la elección directa de los alcaldes.
Así, Rajoy ha considerado que permitir que sea alcalde el candidato más votado es algo que «le gusta a mucha gente», del mismo modo que el hecho de que haya «tantos aforados no le gusta a mucha gente».
Son cuestiones ambas, en su opinión, que «interesan a los ciudadanos» y ha añadido que piensa traerlas a esta Cámara «porque pueden mejorar este país».
Además ha insistido en que la elección directa de los alcaldes es una propuesta «irreprochablemente democrática» y que pensaba que podía salir adelante porque los socialistas lo habían llevado en su programa electoral, de ahí su incomprensión a que ahora se nieguen.
La portavoz socialista, por su parte, ha acusado a Rajoy de querer implantar la elección directa de los alcaldes tras haber «hecho cuentas» y visto que el PP puede perder «más de cuarenta ayuntamientos» importantes.
«Eso no es regeneración, es miedo a perder el sillón, el municipal y el de Génova 13, ese en el que se sienta pagado con la caja B de su partido» le ha dicho, además de poner el énfasis en el caso Bárcenas y subrayar que desde que Rajoy compareció hace un año ha habido numerosos autos judiciales que dan por probada la «contabilidad paralela» del PP.
La portavoz socialista, además, ha dicho que espera que los populares «no se atrevan, a ocho meses de las elecciones municipales» a reformar la ley electoral sólo con sus votos.
También el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha defendido la idea de garantizar que gobierne el alcalde más votado por considerarla «sensata» y encaminada a respetar la voluntad de los ciudadanos dentro de este proceso para acercar la política a la sociedad.
Montoro ha puesto en valor además que el Gobierno, desde el comienzo de la legislatura, ha promovido muchas iniciativas de regeneración democrática, entre ellas leyes sobre la financiación de partidos, estrategias de control y transparencia de todas las administraciones o códigos de conducta de cargos electos.
Una respuesta que no ha convencido al diputado de UPyD Toni Cantó, quien ha replicado al ministro que ve «sospechoso» este planteamiento de los populares justo cuando están «a la baja» y pueden perder muchos municipios.
Al igual que Soraya Rodríguez, Cantó ha señalado que el PP carece de «credibilidad» para poner sobre la mesa esta propuesta dados los numerosos casos de corrupción que tiene, con ejemplos como los cien imputados de la Comunidad Valenciana o el caso del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, con tres alcaldes en lo que va de legislatura, sin olvidar la supuesta «contabilidad B» del partido.
El ministro ha defendido que en España el PP gobierna en 4.000 ayuntamientos y tiene más de 25.000 concejales «y la inmensa mayoría son gente honrada», defienden ideales e incluso han llegado a «dar su vida» por España.