El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha defendido este domingo que España es una «gran nación», donde la crisis se encuentra «en retirada» y que está en disposición de plantear una «guerra sin cuartel» contra el drama del desempleo.
En la apertura del curso político en Soutomaior (Pontevedra), ha prometido «no bajar la guardia» y seguir trabajando, para augurar después que al final del curso político que empieza ahora España estará «mucho mejor».
Ha agradecido el esfuerzo hecho estos años, tanto por los responsables de las distintas administraciones como por los ciudadanos, y ha señalado que «España está quemando etapas en la recuperación», pero también ha asegurado que no dejará que queden «atrás» los que aún sufren el desempleo.
El presidente ha celebrado «la inteligencia, el aguante y la capacidad para soportar dificultades y salir adelante» del pueblo español y para ejemplificar el cambio en la política económica ha expuesto que «aquí no hablamos de brotes verdes, hablamos de raíces vigorosas y si ahora vamos a recoger los frutos es porque primero plantamos nuevas cepas».
Rajoy ha garantizado que la mayoría ha comprendido las decisiones y «ajustes» que se han ido tomando para que la crisis esté «en retirada» y en ello ha coincidido el presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo.
En su discurso, que ha precedido al de Rajoy, Feijóo ha asegurado que «la gente sabe muy bien que las cosas no están como ellos quieren que estén», todavía, pero el camino sí está iniciado tras medidas efectivas, que no efectistas, y por la senda de «hablar menos y trabajar más».
Tanto Feijóo como Rajoy han expresado también la intención de seguir adelante con la reforma electoral para la elección directa de alcaldes y el segundo ha exhibido la disposición a negociar tanto esta propuesta, como la reducción de aforados, la regulación de indultos o la limitación de gastos derivados de las campañas electorales.
El jefe del Gobierno central ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas, a las que ha dicho que «queremos tomar decisiones o podemos sumarnos a otras que quieran hacer otros para mejorar la calidad de nuestras instituciones», y ha garantizado que quieren hablar de los procesos penales y las responsabilidades públicas, así como del fortalecimiento de las iniciativas legislativas populares.
Rajoy se ha detenido más, no obstante, en la reforma de la ley electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada, una idea que rechazan, a priori, la mayor parte de las fuerzas políticas de la oposición.
«Vamos a continuar abriendo un debate», ha avisado, y ha añadido que los populares quieren «fortalecer el vínculo democrático a través de la elección directa de alcaldes» y esto apuestan por hacerlo «con diálogo y consenso».
«Claro que vamos a hablar de eso y quien no lo quiera que lo explique al conjunto de los ciudadanos», ha subrayado, y ha aprovechado para destacar que en España hay una voluntad firme para superar cualquier desafío y ésa es justamente «la base».
De su país se ha detenido en la importancia de la unidad y por esta razón, respecto al proceso catalán, ha comentado este domingo Rajoy que no consentirá que nadie «viole la ley».
Ha insistido en que la soberanía nacional radica en el conjunto y que todos «queremos opinar» y ha recordado que las «coordenadas son claras y firmes» y que «no hay democracia sin ley y, por tanto la ley está por encima de todos y todos estamos obligados a cumplir la ley, sin excepciones».
Se ha mostrado de nuevo en este punto a favor del diálogo, pero siempre bajo la confianza de que «todo el mundo actúe con responsabilidad».
Rajoy se ha referido a España como «una gran nación» y ha dicho que le apetecía «hablar bien» de un país, el suyo, que recibe la visita de 60 millones de personas todos los años y que es el primero de la Unión Europea en recibir estudiantes Erasmus.
«Habrá errores pero España es una gran nación y por eso miramos al futuro con optimismo» en todos los aspectos, ha reflejado Rajoy.