La evolución del primer caso de contagio de ébola en Europa y la gestión de esta crisis sanitaria han concentrado este domingo gran parte de las conversaciones entre los invitados a la primera recepción de Felipe VI y la Reina Letizia con motivo de la Fiesta Nacional, a la que han asistido casi 1.500 invitados.
Tras dejar claro que afronta tranquilo la situación creada por el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, ingresada en el hospital madrileño Carlos III, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha subrayado en una de sus conversaciones informales con periodistas invitados a la recepción que el problema es que en Occidente no se sabe nada sobre esta enfermedad.
Rajoy ha indicado, en este contexto, que este domingo ha recibido información sobre el caso del sanitario estadounidense contagiado de ébola e ingresado en un hospital de Dallas.
La polémica sobre el ébola estaba presente en casi todos los «corrillos» y era analizada desde todos los puntos de vista por responsables gubernamentales, políticos de distinto signo y presidentes autonómicos, desde la andaluza Susana Díaz hasta el gallego Alberto Núñez Feijóo y el balear José Manuel Bauzá.
Núñez Feijóo destacaba que en España ha habido ya crisis sanitarias tan importantes como esta -meningitis, aspergyrus, vacas locas...- y precisaba que la diferencia es que el ébola nunca se había tratado en España, mientras Bauzá comentaba los casos de falsos sospechosos detectados en Baleares y negaba haber recibido consignas de su partido a la hora de pronunciarse sobre este asunto.
Fuentes de la Comunidad de Madrid presentes en la recepción apuntaban que el contagio de Romero parece deberse a un error humano de la contagiada e insistían en que no tienen la culpa los políticos, sino, si acaso, quienes diseñaron los protocolos de actuación, ya que se trata de un asunto exclusivamente médico, que deben liderar los propios sanitarios.
Las mismas fuentes afirmaban asimismo que la gestión médica de la crisis está siendo «ejemplar» y que no era el momento de destituir al consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez -quien ha dicho «la verdad», aunque desafortunado en las formas- y,sobre las perspectivas de recuperación de Teresa Romero, advertían de que «no se puede cantar victoria», porque la situación es «muy complicada».
A muy poca distancia, la exministra Trinidad Jiménez acusaba a la titular de Sanidad, Ana Mato, de incapacidad para liderar la gestión de esta crisis, algo que le produce «mucha pena», y calificaba de «muy mala» tanto la actuación de esta ministra como la del consejero madrileño.
La presidenta andaluza, Susana Díaz, destacaba por su parte que la sanidad pública de su Comunidad está preparada para atender cualquier caso de ébola y arremetía contra quienes fingen o bromean con haber contraído la enfermedad, como el vigilante de seguridad de Cádiz detenido, a quien se va a denunciar para que pague todos los servicios sanitarios y de emergencia movilizados por su aviso.
Tampoco el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha querido dejar de expresar su posición sobre esta crisis y, así, ha recordado que fue él quien solicitó la creación de un gabinete de crisis sobre el ébola, para indicar que ya llegará el momento de las responsabilidades políticas.
La reunión que celebraba este domingo por la mañana el comité especial sobre el ébola creado por el Gobierno ha impedido la asistencia a la recepción de la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, y de la ministra Ana Mato, ausencias a la que se ha sumado la del titular de Economía, Luis de Guindos, por un viaje de trabajo en Estados Unidos.
Como en años anteriores, no han acudido al Palacio Real ni el lehendakari, Íñigo Urkullu, ni el presidente de la Generalitat, Artur Mas, lo que no ha impedido que el desafío soberanista catalán ocupara un lugar destacado en las conversaciones de los periodistas con políticos y representantes del Gobierno.
Así, Rajoy se ha mostrado dispuesto a «sentarse a hablar» con Mas, pero «siempre que sea para algo», y ha advertido sobre la estrategia de la Generalitat: «No sé muy bien quién manda ahí».
En su primera recepción de la Fiesta Nacional como Reyes, don Felipe y doña Letizia han querido acoger a colectivos hasta ahora ausentes, entre ellos jóvenes talentos, artistas o representantes de organizaciones humanitarias o de gays y lesbianas.
Llamaban especialmente la atención los jóvenes actores Michelle Jenner y Rodolfo Sancho al haber sido convocados por encarnar en una serie televisiva de éxito a una pareja de reyes: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.