La economía española crecerá este año un 2%, según reflejan las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha revisado tres décimas al alza su pronóstico para España del pasado mes de octubre, mientras que ha mantenido estable una proyección del 1,8% para 2016.
En el transcurso de los últimos doce meses la institución dirigida por Christine Lagarde ha mejorado en 1,2 puntos porcentuales su previsión de crecimiento para España en 2015.
De este modo, el FMI coincide con las expectativas del Gobierno para este año, ya que Moncloa también espera que el PIB español crezca este año un 2%, aunque para el año próximo el Ejecutivo español es más optimista que la institución internacional con una expectativa del 2,3%.
Este fortalecimiento de la economía española esperado por el Fondo contrasta con su opinión más negativa sobre la zona euro, para la cual ha recortado en dos y tres décimas sus previsiones para 2015 y 2016, hasta el 1,2% y el 1,4%, respectivamente.
En su opinión, el crecimiento registrado en el tercer trimestre de 2014 en la unión monetaria fue «ligeramente más débil» de lo esperado, en gran medida por la debilidad de la inversión y el continuado descenso de la inflación y las expectativas inflacionarias.
En este contexto, el FMI ha revisado a las baja sus previsiones para los otros tres grandes países del euro. En concreto, Alemania crecerá un 1,3% este año y un 1,5% el próximo, dos y tres décimas menos de lo esperado en octubre, respectivamente.
Asimismo, ha reducido en una décima su previsión para Francia en 2015, hasta el 0,9%, y en dos décimas la de 2016, hasta el 1,3%. Sin embargo, el recorte más drástico de las previsiones se lo ha llevado Italia, que crecerá cinco décimas menos de lo estimado en octubre, un 0,4% este año y un 0,8% el próximo.
Impacto del precio del petroleo
De cara a los próximos meses, la institución prevé que la actividad en la eurozona se vea respaldada por el descenso de los precios del petróleo; una política monetaria más distendida, algo que los mercados financieros ya anticipan en general y que las tasas de interés reflejan; una orientación más neutral de la política fiscal y la reciente depreciación del euro.
Sin embargo, advierte de que estos factores quedarán compensados por el debilitamiento de las perspectivas de inversión, que en parte reflejan el impacto del menor crecimiento de las economías de mercados emergentes en el sector exportador.
Asimismo, incide en que la inflación de la zona euro ha vuelto a bajar y los shocks adversos, tanto internos como externos, podrían conducir a una inflación persistentemente más baja o a retrocesos de los precios, ya que la política monetaria «sigue siendo lenta en responder».
Menos crecimiento global
Respecto a la economía mundial, el FMI ha recortado tres décimas el aumento del PIB en 2015 y 2016, hasta el 3,5% y el 3,7%, respectivamente, ya que el estímulo que supone para el crecimiento la caída de los precios del petróleo se verá «ampliamente superado» por factores negativos, como la debilidad de la inversión.
En concreto, las economías avanzadas crecerán un 2,4% tanto en 2015 como en 2016, previsiones prácticamente idénticas al 2,3% y 2,4% que esperaba en octubre. En cambio, para los países emergentes reduce su previsión seis décimas para 2015 y cinco décimas para 2016, al 4,3% y 4,7%, respectivamente.
Según el FMI, Estados Unidos es la única de las grandes economías que ha visto mejoradas sus previsiones, ya que crecerá un 3,6% en 2015 y un 3,3% en 2016, cinco y tres décimas más de los esperado. En el caso de Japón empeora desde el 0,8% al 0,6% la de este año y desde el 0,9% al 0,8% la del próximo.
Por su parte, la economía China crecerá un 6,8% en 2015 y un 6,3% en 2016, tres y cinco décimas menos, respectivamente, en comparación con los datos de octubre. La mayor revisión a la baja afecta a la economía rusa, que se contraerá un 3% este año y un 1% el próximo, frente al crecimiento del 0,5% y el 1,5% esperado en octubre.
El FMI subraya que el abaratamiento del petróleo por factores vinculados a la oferta, que se revertirían gradual y parcialmente, estimulará el crecimiento mundial durante dos próximos años al incrementar el poder adquisitivo y la demanda privada en los importadores de petróleo, sobre todo en las economías avanzadas, ya que allí el traslado a los precios al usuario final sería más marcado.
Sin embargo, la institución dirigida por Christine Lagarde agrega que el impulso que brinde la caída de los precios del petróleo se verá «holgadamente compensado» por el ajuste a un crecimiento a mediano plazo más bajo en la mayoría de las grandes economías, excepto Estados Unidos.
Riesgos y políticas
Respecto a los riesgos, cree que están más equilibrados que en octubre, y entre los que podrían lastrar la economía mundial destacan los cambios en el sentir y la volatilidad de los mercados financieros internacionales, el estancamiento y el bajo nivel de inflación en la zona euro y en Japón y los riegos geopolíticos.
En este contexto, cree que algunas economías necesitan medidas de política adicionales que apoyen el impacto positivo de la caída del crudo. En particular, apunta que si un nuevo descenso de la inflación hace bajar más las expectativas, la política monetaria debe conservar la orientación acomodaticia a través de otros medios para impedir que aumenten las tasas de interés reales.
Asimismo, cree que el retroceso de los precios del petróleo también ofrece una oportunidad para reformar los impuestos y subsidios energéticos tanto en los exportadores como en los importadores de petróleo, quienes también pueden aprovecharlo para recortar el déficit presupuestario cuando así corresponda y aumentar las inversiones en infraestructuras si las condiciones son adecuadas.