El ex consejero ejecutivo de Caja Madrid y mano derecha de su expresidente Miguel Blesa, Matías Amat, ha confiado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu en recuperar los 429.000 euros que ha devuelto por el uso de la 'tarjeta black', al tiempo que ha asegurado que siempre se mostró convencido de que la tributación fiscal estaba «en regla» porque la caja contaba con un «equipo fiscal de primerísima», según informaron fuentes presentes en la declaración.
Matías Amat, que ha declarado como imputado en la causa en la que se investigan los plásticos opacos, ha explicado que el director de Medios Manuel Gutierrez Rosales le entregó la 'visa' en 1999 como un «complemento salarial» para gastos de libre disposición, incluyendo extracciones en efectivo de los cajeros automáticos y con un límite inicial de 40.000 euros que fue 'in crescendo' hasta alcanzar los 60.000 euros.
El que fuera director general de Negocio de la entidad, que gastó 15.000 euros en una tienda de arte sacro y cargó también el alquiler de una embarcación de recreo o compras en joyerías o clubes de golf, ha puesto de manifiesto que consumía hasta alcanzar el límite, no se exigían justificantes y pensaba que estaba declarando por esas retribuciones porque estaban incluidas en su certificado de retenciones.
Al ser preguntado por el juez por qué esta remuneración se ingresa en una tarjeta en lugar de en una cuenta corriente con acceso a todos los movimientos, Matías Amat ha respondido de forma lacónica: «No lo sé, ni lo pregunté». Dicho esto, ha explicado que ha devuelto los 42.000 euros reclamados por Bankia y ha depositado en el juzgado los 389.000 euros restantes.
Uso de la 'black' en el vehículo de empresa
Tras él, ha comparecido el ex consejero ejecutivo Mariano Pérez Claver, que gastó 354.100 euros con su 'visa' black y que utilizó el plástico durante alrededor de un año cuando ya se encontraba en excedencia. «¿Cómo era posible que dispusiera de ese complemento salarial sin trabajar?», le ha preguntado el fiscal, a lo que ha respondido: «Lo ignoro, pero entendía que no era ilegal».
Pérez Claver, antiguo presidente de SOS Cuétara y NH Hoteles, ha respondido sobre un e-mail remitido a la caja en la que proponía cargar a la tarjeta las mejoras de su vehículo de empresa. A este respecto, ha dicho que no vio «ningún problema» al ser un complemento retributivo y por ello se lo pidió al director financiero Ildefonso Sánchez Barcoj. Con todo, ha querido poner de manifiesto que él mismo ha invertido en acciones de Bankia. «Y tuve unas pérdidas que no voy a declarar», ha remachado.
Pérez Claver ha coincidido con otros ex directivos de Caja Madrid, como Ramón Ferraz Ricarte (390.000), el que fuera director de Organización Ricardo Morado (443.000 euros) o el antiguo director de Comunicación Juan Manuel Astorqui (287.000), en que Blesa les comunicó «personalmente» sus retribuciones y los límites de la tarjeta, mientras que Gutierrez Rosales se las entregó.
Todos ellos han dicho que se trataba de un complemento salarial, de libre disposición, y varios han precisado que periódicamente recibían información sobre el saldo por parte del director de Medios. Han señalado como sus interlocutores en este tema a Gutierrez Rosales, o su sucesor Sánchez Barcoj, y han concluido que asumían que Caja Madrid se ocupaba de su tratamiento fiscal.
El magistrado, que ha interrogado ya a 67 antiguos responsables de la caja por este asunto, atribuye a los exconsejeros un delito de administración desleal y otro de apropiación indebida y al resto de exdirectivos únicamente este último. Entre los imputados están los expresidentes de Caja Madrid Miguel Blesa y Rodrigo Rato y el exdirector financiero Ildefonso Sánchez Barcoj.