El Pleno del Congreso ha aprobado este martes una proposición no de ley instando al Gobierno a paralizar la implantación de la LOMCE y retirar las reválidas de ESO y Bachillerato. La iniciativa, impulsada por la antigua Convergència y consensuada con PSOE, Unidos Podemos, PNV y parte del Grupo Mixto, sólo ha recibido el voto en contra del PP, mientras que Ciudadanos ha decidido abstenerse.
Durante su intervención en el debate, al que no ha asistido el ministro de Educación y diputado, Íñigo Méndez de Vigo, la defensora de esta propuesta, la independentista Míriam Nogueras, ha defendido la paralización de la norma educativa y la búsqueda de una ley que se base en el «consenso y la perdurabilidad». En este sentido, la diputada de CDC ha pedido a los miembros de la Cámara que no dejen que «cuatro años de legislatura sea su horizonte» y que consideren la educación como «una inversión y no como un gasto».
La portavoz de Educación del PP en el Congreso, Sandra Moneo, ha replicado que su partido no puede apoyar la iniciativa porque «no busca un pacto educativo» sino que está basada en «intereses partidistas». Además, ha defendido que en su formación no hay «miedo a los cambios» sino «preocupación por la precipitación» a la hora de tomar decisiones que puedan acarrear «consecuencias nefastas» en el sistema educativo.
Del mismo modo, Moneo se ha dirigido al resto de diputados para preguntar qué supone paralizar la LOMCE. «*Volver a la LOE?», ha apuntado, para señalar que la iniciativa llevaría al sistema educativo «al más absoluto caos» cuando «ya ha comenzado el curso».
Educación elitista
Por su parte, el portavoz socialista de Educación en el Congreso, Manuel Cruz, ha señalado que su apoyo a paralizar la LOMCE es «por razones de coherencia» y ha definido la norma como una vuelta a los años 70. A su juicio, la única forma de abordar una cambio real en el sector es el pacto por la educación «que la sociedad está reclamando» creando una subcomisión que permita elaborar un nuevo marco legal.
Cruz también ha señalado que la LOMCE «cronifica la brecha social», una situación que también ha sido denunciada por el diputado de IU y ponente de Unidos Podemos, Miguel Bustamante, quien ha declarado que el sistema de reválidas lo que consigue es «expulsar a los hijos de los trabajadores de la escuela pública». «La LOMCE apoya una educación elitista», ha señalado.
También el PNV ha destacado la ausencia de apoyo al PP en la aprobación de esta ley que, además, «no mejora el sistema, sino que retrocede con una visión de la educación arcaica», según ha declarado el diputado vasco Mikel Legarda. Finalmente, el portavoz de ERC, Joan Olóriz, ha calificado la LOMCE como el «último eslabón de un control político-ideológico de la educación» un sistema que, ha dicho, «siempre fracasa».
Comunidad educativa
Por parte de Ciudadanos, la diputada Marta Martín , ha apuntado que su partido «quiere la paralización de la LOMCE y del decreto de las reválidas» porque es una norma aprobada de «tapadillo» que cuenta con el rechazo del 80 por ciento de los docentes, muchos sindicatos y comunidades autónomas, además de «tener en vilo a 400.000 familias de alumnos que se tienen que examinar y no saben cómo, cuando y dónde» tienen que hacerlo.
No obstante, ha evitado apoyar la iniciativa alegando que su objetivo es un pacto nacional educativo como el que se recogía en los acuerdos de investidura que su partido firmó tanto con Pedro Sánchez como con Mariano Rajoy.