El Congreso ha gastado 849.941,91 euros en desplazamientos de los diputados en el tercer trimestre de 2016, durante los que la actividad de la Cámara se ha centrado en buscar la mayoría suficiente que finalmente ha permitido investir este sábado un presidente del Gobierno.
Del 1 de julio al 30 de septiembre, los diputados realizaron viajes por «actividad parlamentaria» por un coste de 580.495,58 euros, cantidad que incluye billetes de avión, tren y también kilometraje con vehículo propio.
En este apartado se incluye únicamente los desplazamientos desde el lugar de residencia hasta Madrid para asistir a actividades parlamentarias como plenos, comisiones u otras reuniones oficiales.
La denominada «actividad política», viajes para actos de partido que también son costeados por la Cámara, supuso una factura de 84.921,53 euros.
Estos dos conceptos suman 665.417,11 euros, aunque el coste total de los desplazamientos en el tercer trimestre asciende a 849.941,91 euros, ya que esta última cantidad incluye también los gastos de gestión, de cancelaciones y cambios, así como los billetes emitidos y pendientes de utilización.
La suma total es inferior a lo facturado en el mismo periodo del año pasado -1,2 millones de euros-, aunque en aquel tiempo el Congreso se encontraba a plena actividad y ahora se encontraba en un momento de transición, con el Gobierno en funciones y con una labor legislativa limitada.
En cuanto a los viajes internacionales, el portal de la Transparencia del Congreso informa también de tres desplazamientos en los tres meses de verano a Tiblisi, Bratislava y Shanghai, todos en julio.
Según se detalla, el viaje a Tiblisi para asistir a la Asamblea Parlamentaria de la OSCE ha supuesto un coste de 27.107,32 euros y a Bratislava, para la reunión de presidentes de la COSAC, 3.692,38 euros, mientras que la presencia en la Asamblea Parlamentaria de la OTAN de Shanghai está pendiente de facturación.
A finales de 2014, el Congreso acordó publicar cada tres meses los gastos que generaban los viajes de los parlamentarios, ya fuera a su lugar de residencia, a actos políticos de partido o en delegaciones oficiales.
No obstante, se descartó que fuera la propia Cámara la que informara individualmente de los gastos en los que incurre cada diputado, sin perjuicio de que cada grupo pudiera ampliar después esa información.
La decisión se precipitó después de la polémica abierta por los desplazamientos a Canarias del expresidente extremeño José Antonio Monago durante su etapa como senador.