Después de 38 días ingresado, en su segundo trasplante de médula, Pablo Ráez recibió este lunes el alta hospitaliaria.
El joven salió del hospital muy ilusionado porque podrá pasar la Navidad con su familia en casa. Pese a su salida, Pablo tendrá que ir a revisiones continuas para ajustarle el tratamiento, ya que aún le queda un 4% de leucemia en su cuerpo, ha dicho en su perfil de Facebook.
El joven ha explicado que desde su casa no dejará su campaña para lograr llegar al millón de donantes de médula ósea.
«Seguiré ayudando todo lo que pueda al mundo y a mi mismo hasta que mi cuerpo aguante» publicó en su última carta de Instagram.