El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, será vicepresidente del Gobierno de coalición que conformarán PSOE y Unidas Podemos, a pesar de que en julio el propio Sánchez le vetara en julio recalcando era el único escollo para el acuerdo.
La estructura completa de ese Ejecutivo se concretará una vez tenga lugar la sesión de investidura en el Parlamento, si bien ambos líderes han avanzado este martes en una comparecencia conjunta que comenzarán a trabajar en estas semanas para cerrar acuerdos programáticos y un organigrama de Gobierno, que se elaborará atendiendo a qué perfiles son los adecuados para cada cargo.
Este preacuerdo entre socialistas y morados llega dos días después de la celebración de las elecciones generales, comicios en los que tanto el PSOE como Unidas Podemos perdieron escaños con respecto a los que obtuvieron en los comicios de abril.
UNA CAMPAÑA HACIA LA COALICIÓN
Con este documento de diez puntos, los de Iglesias ven cumplido el principal objetivo que se marcaron cuando Pedro Sánchez decidió que se celebraran las elecciones generales de abril. Entonces, Iglesias, que regresaba de su permiso de paternidad, señaló que para que todas las medidas que pactaron PSOE y Podemos tras la moción de censura contra Rajoy se aplicaran, era necesario que tocaran poder y entraran en el Consejo de Ministros.
Tras esto, y durante la precampaña y la campaña de abril, los morados insistieron en esta idea, y fundamentaron su discurso en lograr que los artículos más sociales de la Constitución se cumplieran. Para eso, insistían en que se debía hacer frente a los poderes económicos subiéndoles los impuestos, a la oligarquía que maneja las grandes empresas energéticas creando una empresa pública que lograra bajar el precio de la luz, y que era preciso acabar con las puertas giratorias que permiten que ministros y presidentes acaben en sillones de consejos de administración de multinacionales.
A pesar de las malas encuestas, los morados remontaron gracias a la irrupción en la campaña del líder y se alzaron con 42 escaños y 3,8 millones de votos en las generales. Pero a pesar de que la coalición era posible, acabó frustrándose tras meses de negociaciones y malentendidos.
LA CAMPAÑA EXPRÉS
Tras el fracaso, y con los líderes de ambas fuerzas enfrentados gracias a acusaciones y declaraciones subidas de tono en medios, la posibilidad de que ambos llegaran a entenderse tras el 10 de noviembre parecía alejada. Pero entonces Iglesias en sus intervenciones de campaña tendió la mano de nuevo al líder socialista y le invitó a olvidar reproches atendiendo «a la emergencia del auge de la extrema derecha».
Además, sostuvo la carrera hacia las urnas pidiendo que los morados estuvieran fuertes el 10N porque de esa manera el PSOE se vería obligado a un acuerdo de gobierno con ellos, a pesar de que Pedro Sánchez no quisiera. Llegó a afirmar Iglesias que si Vox aumentaba apoyos, esto impediría una gran coalición de PP y PSOE y abriría la puerta del Consejo de Ministros a Podemos.
Ese cálculo electoral finalmente se cumplió y Vox logró 52 escaños. Y dos días después de las generales, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias escenificaban un preacuerdo, con firma en el Congreso de los Diputados y con abrazo para sellar la alianza.
EL REPARTO DE MINISTERIOS Y LAS MEDIDAS ESTRELLA DE PODEMOS
Además de la propuesta de crear una empresa pública de energía, los de Iglesias han insistido durante la campaña en que si llegaban al Gobierno derogarían la reforma laboral, intervendrían el mercado de la vivienda de alquiler, fijarían la subida de las pensiones al IPC por ley, implantarían la jornada laboral de 34 horas semanales, crearían una banca pública o pondrían coto a las casas de apuestas, entre otras. Está por ver cuántas de estas pueden llegar a cumplir desde los ministerios que logren fruto de la negociación.
En cuanto a esas carteras que los morados ostentarán, hasta el momento sólo se sabe que el propio Iglesias tendrá una vicepresidencia. Pero atendiendo al documento que desde Unidas Podemos enviaron al PSOE para desbloquear la negociación en agosto, uno de los que aspiran a llevar es el de Trabajo.
En ese documento de 'Propuestas para retomar el diálogo por un acuerdo integral de gobierno de coalición', los morados señalaban como primera opción una Vicepresidencia de Derechos Sociales e Igualdad, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, el Ministerio de Sanidad y Consumo y el Ministerio de Vivienda y Economía Social.
En ese mismo documento, el único posterior a la investidura fallida en el que hablan de carteras, los morados presentaban otras cuatro combinaciones posibles de ministerios, y en ellas además de las citadas carteras incluían el Ministerio de Transición Ecológica, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Ministerio de Agricultura, Pesca y España Vaciada, y el Ministerio de Cultura.