La Guardia Civil recibió el pasado mes de diciembre un total de 380 nuevos coches para así poder renovar su flota dedicada a la seguridad ciudadana. Estos vehículos eléctricos están todavía por estrenar ya que no disponen de cargadores.
El Ministerio de Transición Ecológica había previsto que los cargadores se instalaran en 2022 en el 50% de los acuartelamientos distribuidos por todo el territorio nacional. La falta de autonomía de estos coches, que es de entre 250 y 300 kilómetros, no termina de convencer a los agentes que confiesan temer quedarse tirados en determinadas persecuciones, ya que cuanto más se acelera más baja la autonomía.
Según ha explicado el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, a Tele Madrid «esto es una verdadera chapuza. Operativamente no sabemos como van a resultar ya que la autonomía de este vehículos es muy reducida, por lo que los guardias civiles deberán parar para realizar una carga extra a su coche».