Las vitaminas son esenciales para nuestro organismo, puesto que fortalecen el sistema inmunológico e incluso pueden prevenir enfermedades. En esta ocasión para reducir la probabilidad de tener un infarto o enfermedades cardiovasculares es la vitamina D, según el Instituto de Investigación Médica QIMR en Australia.
La vitamina D es calificada como liposoluble y tiene diversas funciones que impactan de forma positiva en nuestra salud, como es la absorción de Calcio y Fósforo en el intestino, manteniendo fuerte nuestros huesos. Además tiene una función muscular, ya que reduce el riesgo de fracturas en personas mayores. Otro aspecto positivo es que combate las infecciones y la regulación de respuestas inflamatorias. Por otra parte, influye en la salud cardiovascular, regulando así la presión arterial y disminuyendo el riesgo de las enfermedades cardíacas.
Una carencia de esta vitamina puede dar lugar a que nuestros huesos estén más débiles e incluso provocar osteoporosis en adultos. Una de las formas de obtenerla es a través del Sol, exponiéndonos durante 30 minutos al día y siempre con protector solar. Además, se puede obtener a través de alimentos como: los pescados grasos; hígado de res; yema de huevo; aceite de hígado de bacalao; leche fortificada; cereales fortificados; hongos; quesos fortificados; salmón enlatado, y alimentos veganos fortificados.