Las infusiones pueden ir de maravilla para sustituir el café. Además, algunas nos ayudan a combatir malestares, como el resfriado aquellas que llevan miel y jengibre, pero también nos ayudan a desinflamarnos. En este caso, Elena Garrido, nutricionista funcional, recomienda la kombucha o té fermentado para combatir la inflamación y las enfermedades crónicas derivadas. Además, su alto contenido en probióticos es ideal para mantener una rutina saludable.
«Ayuda al sistema inmunitario y a la absorción de nutrientes, nos protege de infecciones y enfermedades y evita que haya alguna proliferación excesiva de ciertos microorganismos que son oportunistas, como la cándida», comenta Garrido sobre esta bebida, además de añadir que los efectos pueden ser a corto o largo plazo, ya que dependerá de cada persona. También puntualiza que depende de los síntomas que tenga la persona.
Para que estos beneficios sean más notorios, la kombucha debe ser natural y que no contenga ni azúcares ni conservantes artificiales, según Garrido, que indica que hay que comprobar el etiquetado de las bebidas de este tipo que hay en el supermercado. La nutricionista destaca de esta bebida que, a comparación de las no fermentadas, «se generan vitaminas del grupo B, vitaminas C, D, E, K, entre otros».
Sobre los probióticos añade lo siguiente: «el gran diferenciador que conseguimos al fermentar debido a su capacidad para colonizar el intestino, provoca que podamos tener una proporción adecuada de bacterias que nos proporcionan múltiples beneficios».