Japón ha sido destacado en el Informe de la Felicidad 2023 de la ONU como uno de los países más felices del mundo, y parte de este reconocimiento se atribuye a los hábitos nocturnos arraigados en su cultura. Más allá de simplemente descansar las horas suficientes, los japoneses han desarrollado costumbres que no solo recargan energías, sino que también preparan a las personas para enfrentar el día siguiente con vitalidad y optimismo.
En el corazón de esta filosofía está el concepto de Ikigai, que se traduce como «la razón de ser» o «razón para vivir». Los japoneses buscan actividades y métodos que les brinden felicidad y satisfacción en la vida, y es en sus hábitos nocturnos donde encuentran un camino hacia la serenidad y plenitud.
Uno de los rituales más comunes es disfrutar de una reconfortante sopa de miso antes de dormir. Elaborada con caldo dashi, pasta de miso, tofu, algas y otros ingredientes, esta sopa ayuda a relajar el cuerpo y la mente, preparándolos para un sueño reparador.
Además, los baños de agua caliente son una parte integral de la rutina nocturna japonesa. Sumergirse en una bañera caliente no solo relaja los músculos, sino que también activa la circulación y facilita conciliar el sueño, permitiendo despertar con una sensación renovada de energía.
Por último, los japoneses priorizan dormir el tiempo suficiente, siguiendo el horario tradicional de irse a la cama entre las 22 y las 23 horas y asegurándose de descansar unas 7 u 8 horas, en consonancia con las recomendaciones de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estos hábitos nocturnos no solo promueven un descanso de calidad, sino que también cultivan un estado de bienestar y felicidad que se refleja en la vida diaria. En Japón, la noche se convierte en un tiempo sagrado dedicado a la restauración del cuerpo y la mente, permitiendo a las personas despertar cada día con una sensación de vitalidad y plenitud que contribuye a su bienestar general y su felicidad.