El descanso es fundamental para evitar desarrollar enfermedades mentales y físicas, tales como el insomnio, irritabilidad, aumento de peso, hipertensión o diabetes. Por ello, es muy importante lograr seguir una higiene del sueño, es decir, practicar unos hábitos y prácticas que preparen a la mente para el descanso durante la noche.
Por ello, una de las claves es el entorno donde se realiza el descanso que debe ser un espacio oscuro, fresco y libre de ruidos. Asimismo, la comodidad del colchón, así como la ropa utilizada para el descanso, colaboran en ayudar a la calidad del descanso que propicien un sueño profundo.
Además del entorno, el horario también juega un papel fundamental para favorecer unos buenos hábitos en el sueño. En este sentido, llevar un horario estable es altamente recomendable para lograr conciliar el sueño y evitar alteraciones.
La ansiedad también puede desempeñar un rol clave a la hora del descanso nocturno, siendo una gran enemiga a la hora de conciliar el sueño. En este sentido, es recomendable evitar el uso de aparatos electrónicos antes de dormir y sustituirlos por actividades que ayuden a relajar la mente, tales como la lectura, meditación o ejercicios de respiración.