El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Ricardo Blázquez, ha advertido de la «escasez extraordinaria» de vocaciones al sacerdocio en España, lo achaca a la falta de continuidad en la formación cristiana, al «enfriamiento cristiano» en familias y colegios y a la «marea de la secularización"; pero ha pedido que no se busquen atajos «arriesgados» para compensar esta falta de vocaciones.
«Desde hace mucho tiempo venimos padeciendo una penuria seria de vocaciones para el ministerio presbiteral. Si hace varios decenios la abundancia era extraordinaria, actualmente la escasez es también extraordinaria», ha lamentado este lunes 16 de abril durante su discurso inaugural de la 111 Asamblea Plenaria de la CEE, que se celebra hasta el próximo viernes en Madrid.
Aquella abundancia en el pasado, según ha precisado, impulsó a la construcción de muchos seminarios, que «poco tiempo más tarde no fueron necesarios» porque «la floración vocacional no aconteció como por generación espontánea».
«Antes y ahora diversos factores religiosos y socioculturales han influido en aquella abundancia y en la presente penuria; esta situación ya prolongada nos interroga sobre una debilidad de fondo», ha apostillado.
CRISIS DE SACERDOTES
En cuanto a las causas de esta «crisis de seminarios», Blázquez ha indicado que en un tiempo la achacaron a «la crisis de sacerdotes» provocada por «perplejidades» que conllevaron a que «numerosos» católicos se alejaran de la Iglesia.
«Nos vimos inmersos en perplejidades sobre el sentido del ministerio que condujeron junto con otras causas a numerosas secularizaciones», ha señalado, al tiempo que ha añadido que se pusieron a trabajar en solucionar esta situación que esperaban fuese «coyuntural» y se «enderezara» pronto.
Si bien, ha precisado que, más tarde, comenzaron a atribuir esta crisis de vocaciones a una crisis de «convocantes» o dicho de otra manera, a una «crisis de iniciación cristiana» en medio del «enfriamiento cristiano del ambiente y la secularización que, como una marea, sube afectando a las familias, a la educación y a la solidez de los valores morales». Por ello, reconoce que el panorama actual es «fuente de inquietudes y de sufrimiento».
En concreto, Blázquez ha enumerado algunas de las consecuencias de esta «carestía larga y dura» de vocaciones: descenso del número de sacerdotes y media de edad cada vez más alta. En este contexto, ha avisado de la «tentación de cubrir la falta de vocaciones con soluciones improvisadas y atajos arriesgados».
Ante esta situación, ha adelantado que los obispos trabajarán durante esta plenaria para avanzar en el documento sobre los seminarios que el Vaticano ha encargado hacer a todas las conferencias episcopales.
Blázquez considera que no pueden «resignarse a la administración de la escasez». También ha apostillado que deben procurar «que la fe no sea desacreditada desde el punto de vista social y cultural».
DISTANCIAMIENTO DE LOS JÓVENES
Por otro lado, el arzobispo ha advertido del «distanciamiento de los jóvenes» y ha instado a no asistir «impasibles» al mismo, algo a lo que también les invita la preparación para el Sínodo de los obispos que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre y que tratará sobre los jóvenes."¿Por qué muchos jóvenes, sin motivo personal conocido, se distancian de la participación en la vida de la Iglesia y se colocan silenciosamente como al margen, de ordinario sin agresividad? ¿La Iglesia es para ellos indiferente e irrelevante?», se ha preguntado.
En este contexto, ha propuesto escucharles y acercarse a ellos en un clima «de mutuo respeto», con «humildad» y sin «paternalismos». «El diálogo sobre Dios no debe degenerar en polémica, ni reducirse a la instrucción», ha insistido. Además, ha pedido «paciencia» porque «en los proyectos de Dios» no entran «ni las prisas ni las respuestas masivas».
Asimismo, ha avisado de que la Iglesia está acechada por un «cansancio y envejecimiento» y para superarlo ha subrayado la necesidad de encontrarse permanentemente con Jesucristo. También ha indicado que es muy apreciado por los jóvenes españoles que la Iglesia esté al lado de los pobres y los que sufren.
«Acredita al Evangelio y a la Iglesia, que desea anunciarlo fielmente, la conducta humilde y consecuente, sobria y leal, sin apariencias huecas ni aspiraciones al poder de este mundo; cercana a las personas frágiles e indigentes», ha subrayado.
NO SON «RECLUTADORES DE PERSONAL»
Blázquez ha avisado de que «evangelización no es proselitismo, sino anuncio de la alegría del Evangelio» y ha subrayado que los miembros de la Iglesia no son «reclutadores de personal» para sus obras porque la llamada debe venir de Dios.
También ha recordado que existen otras vocaciones además del sacerdocio como la vida religiosa o el matrimonio. En este sentido, ha indicado que «ser varón y ser mujer pertenece a la buena y rica creación de Dios» y que «la paternidad y la maternidad han recibido del Creador una bendición con el encargo de transmitir la vida».
Si bien, ha reclamado que las «diferencias legítimas no degeneren en desigualdades». «Somos iguales en dignidad y esta igualdad debe traducirse en la vida social», ha destacado.
REVISIÓN DE LA CEE
Los obispos también trabajarán durante las reuniones de esta semana en la revisión del funcionamiento de la CEE pues, tal y como ha recordado, la reforma de la Curia Romana repercutirá en la organización de esta Conferencia Episcopal y en las diócesis. En concreto, ha insistido en dos puntos necesarios pedidos por el Papa: sinodalidad y descentralización.
Finalmente, el cardenal ha exhortado a hacerse eco del mensaje sobre la santidad lanzado por el Papa Francisco en su exhortación 'Gaudete et exsultate', en concreto, sobre «el común de la santidad».