El bronceado de la piel tras una exposición continua al sol es consecuencia del aumento de actividad en el número de melanocitos, que son las células que producen melanina y las causantes del bronceado.
Algunas personas son más propensas que otras a ponerse morenas en los meses de verano. Sin embargo, no hay que abusar de los rayos solares, ya que pueden ser perjudiciales para la salud de la piel.
Los rayos del sol pueden causar daños a corto plazo, como quemaduras, o a largo plazo, como cáncer de piel. Así, es importante protegerse del sol y no pensar que la crema solar va a impedir el bronceado.
Una vez comentada la importancia de proteger la piel y evitar las horas centrales del día, aquellas personas que hayan conseguido un buen bronceado, pueden seguir una serie de consejos para ayudar a mantenerlo durante más tiempo.
La primera y más repetida recomendación es la importancia de hidratar la piel, para lo que se puede usar una crema hidratante dos veces al día, por la mañana y por la noche o al salir de la ducha, tal y como indican desde PromoFarma.
Por otro lado, después de tomar el sol es importante calmar y regenerar la piel, para lo que se puede utilizar un aftersun, sobre todo, si se han producido algunas quemaduras leves.
También se puede ayudar a mantener el bronceado empezando desde dentro, mediante la alimentación. Algunos productos como, por ejemplo, la zanahoria o el tomate, pueden hacer que se mantenga durante más tiempo. De igual manera, es fundamental beber mucha agua, más aún en verano, para mantener una buena hidratación.
Mientras, por fuera es importante exfoliarse la piel de forma suave cada cierto tiempo para eliminar las células muertas, sin que esto signifique perder el bronceado. Así se evita la aparición de descamaciones y manchas.
Además de estos consejos, se pueden utilizar productos que se adquieren en el mercado y están específicamente pensados para alargar la duración del moreno, como pueden ser las pastillas ricas en vitamina C o betacarotenos o también los autobronceadores.