Está claro que cuando empieza un talent culinario, los concursantes no tienen tanta experiencia como cuando avanza el programa, pero de ahí a hacer unos platos horribles ya en el primer programa... Eso es lo que le ha pasado a The Great British Bake Off, la versión británica de Bake Off en la que los pasteles de fondant que han creado han estado lejos de ser un homenaje al mundo de la música.
La primera entrega de la temporada 11 de este formato, que se emitió el pasado martes en CBC, ha causado múltiples burlas en redes después que los reposteros terminaran sus tartas.
Pero ya el comienzo del programa no fue bien, pues en la primera prueba una concursante tiró al suelo sin querer los dulces de un compañero antes de que los presentara, un presagio de que lo que estaba por llegar.
Después, se pidió a los cocineros que crearan un busto de una celebridad que admirasen, pero si vieran esto esos famosos pensarían: «No me admires tanto, admírame mejor».
Bizcocho y glaseado de fondant son los ingredientes principales de estas obras en las que los concursantes intentaron crear pasteles con forma de David Bowie o Freddie Mercury. Pero casi como si uno de ellos quisiera escaparse de tal terrible creación, la tarta con forma del naturalista David Attenborough que hizo un concursante se cayó de su base casi llegando al suelo.