Como es sabido, las gallinas realizan una ovulación casi diaria, por lo que ponen huevos independientemente de que sean fecundados o no. De este modo, el óvulo recorre el conducto que va desde la ovoteca hasta el exterior y, si en el recorrido el huevo es fecundado por un gallo, el óvulo se une a la célula espermática y se forma un embrión.
La gallina posee más de 4.000 óvulos microscópicos y solo una reducida parte de ellos se desarrolla para constituir la yema, pero si no hay gallo, no es posible la fecundación de los huevos. Es lo que sucede en las granjas dedicadas a la producción de huevos, donde solo hay gallinas y ningún gallo. Así, los huevos que se comercializan no están fecundados y, por tanto, de ellos no pueden nacer pollitos, tal y como explican desde Fincas Casarejo, especializados en productos relacionados con la avicultura de ocio.
Las gallinas suelen poner huevos hasta que el nido está lleno, unos diez o doce. Sin embargo, pueden llegar a poner unos 300 huevos al año, casi uno por día, debido a la acción humana. Esto se da porque, como los humanos roban los huevos de su nido, la gallina sigue poniendo constantemente, ya que el nido nunca se llena, tal y como explican en Xakata Ciencia.
Son muchos los factores que pueden influir en que una gallina ponga o no más huevos y, sobre todo, en el tipo de huevos que ponen. Es por ello que existe una normativa para regular la seguridad alimentaria a lo largo de la cadena de producción en las granjas de gallinas ponedoras, así como para garantizar la calidad de los huevos.
Una de los rumores extendidos respecto a estas granjas es que ponen luz de forma ininterrumpida a las gallinas para que pongan más huevos, algo que se encargan de desmentir desde la Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu). "Esto supondría un estrés para las aves, además de un despilfarro de energía", indican.
Así, explican que las gallinas ponen un huevo al día como máximo, que es el tiempo necesario para que se forme el huevo y, por tanto, no pueden poner más aunque estén más horas expuestas a la luz. «En las granjas las gallinas duermen, al menos, 8 horas en oscuridad, para que descansen», añaden.
En cuanto al tamaño de los huevos, hay que saber que durante el inicio de la puesta, las gallinas suelen poner huevos más pequeños, un tamaño que va en aumento según la edad de la gallina. También influye en ello el peso del ave, ya que las gallinas gallinas blancas, que ponen huevos blancos, suelen tener un peso inferior que los que ponen las gallinas morenas.
En cuanto a los diferentes sistemas de cría, nutricionalmente los huevos que se obtienen no presentan diferencias entre sí, ya que el factor más importante para la calidad nutricional es la alimentación de las gallinas. Por ejemplo, en granjas comerciales comen a base de cereales, soja, minerales y vitaminas y, cuando tienen acceso al exterior, como las gallinas ecológicas, comen también insectos o algún vegetal.