El mantenimiento regular de la lavadora, como sucede con cualquier otro electrodoméstico, es esencial para alargar su vida útil y para evitar posibles averías. Asimismo, lavar las prendas de forma adecuada es fundamental para que no se estropee.
Comprobar los bolsillos para que no haya monedas u otros objetos que puedan provocar atascos en el tambor de la lavadora o lavar la ropa del revés para no perjudicar al color son algunas de las precacuciones básicas pero, ¿que errores se pueden cometer al poner la lavadora sin que nos demos cuenta?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una recopilación con los errores más comunes a la hora de lavar la ropa con consejos para evitarlos.
El primero de ellos es lavar una prenda sin tratar de eliminar antes las manchas. Si hacemos esto «es probable que cuando la saquemos la mancha siga ahí» y que el calor al secar la prenda la fije aún más.
Por ello, es recomendable tratar previamente la mancha con un quitamanchas o un detergente concrentrado y «después lavar la prenda a la temperatura más alta que admita según su etiqueta», sin sobrepasarnos para que no encoja o se destiña.
Otro error típico es sobrecargar la lavadora con multitud de prendas, lo que hará que no pueda moverse libremente en el tambor y que el lavado no sea eficiente. Por esta razón, hay que procurar «que entre la ropa y la parte superior del tambor quede una mano de espacio libre».
¿Mezclas la ropa de color y la blanca? A veces no se clasifica la ropa por color o por tejido y eso puede contribuir a su deterioro. Es aconsejable separarla para evitar que se destiña y «para un lavado todavía más eficaz clasificar las prendas según la temperatura de lavado que recomienda su etiqueta».
Y a la hora de clasificar las prendas es importante separar la lencería del resto. «Si metes en el tambor calcetines o ropa interior mezclada con piezas grandes como sábanas o camisas es probable que te desaparezca algún calcetín». Evitarlo es muy sencillo. Basta con introducir en una bolsa de malla la ropa interior y las prendas más pequeñas para asegurar que no se pierdan ni se enreden.
¿Cuánto detergente y suavizante hay que añadir? Esta es una de las dudas más comunes a la hora de poner la lavadora. Desde la OCU señalan que el detergente debe usarse «en la cantidad justa» dependiendo de la suciedad y de la dureza del agua. Si te pasas de cantidad, «el exceso de producto puede dejar manchas y restos en la colada». Por eso siempre hay que seguir las instrucciones del fabricante que aparecen en el etiquetado de estos productos.
En este sentido, puede que en algunas ocasiones necesitemos utilizar lejía para una mancha concreta o para blanquear alguna prenda. Sin embargo, «es un producto agresivo para los tejidos y para la propia lavadora» que puede deteriorar las prendas en poco tiempo.
Es una buena idea para ahorrar, pero el agua completamente fría «suele dificultar la acción del detergente y es posible que las manchas no salgan bien y que queden olores», subraya la OCU. La temperatura debe ajustarse a lo que indique la etiqueta de la ropa, aunque por lo general la óptima para un buen lavado en todos los tejidos es de 30 ºC.
En ocasiones, el centrifugado a muchas revolcuciones puede dañar los tejidos de algunas prendas, por lo que se recomienda utilizarlo solo para aquellas que sean de algodón. «Para los tejidos de mezcla o sintéticos será suficiente un centrifugado más ligero, de 900 o 1.000 rpm».
Y, sin duda, otro de los errores más típicos es dejar la ropa durante mucho en el tambor tras el lavado. «Es muy probable que adquiera un olor húmedo poco agradable y que quede muy arrugada».
La limpieza regular de este electrodoméstico es fundamental para alargar su vida útil porque es probable que se acumule la suciedad en las gomas y que al cabo del tiempo «tenga problemas para evacuar el agua o que el detergente no se distribuya bien».
Por tanto, hay que llevar a cabo una limpieza de los filtros de desagüe, las gomas y los cajetines de detergente cada cierto tiempo para evitar atascos y malos olores.