El fenómeno Shein es una realidad para los consumidores de la 'fast fashion'. El gigante de moda china, que basa su estrategia en precios reducidos y empleando las redes sociales e 'influencers' para su promoción, causa furor entre los jóvenes. Sin embargo, detrás de todo este fenómeno hay un lado oscuro que muchos desconocen: jornadas interminables y pésimas condiciones para los trabajadores. El documental Untold: inside the Shein Machine, emitido el pasado lunes en el canal británico Channel 4, desvelaba las dinámicas de producción de al menos una fábrica de Shein. En la cinta de 45 minutos, el periodista Iman Amrani demuestra con la ayuda de una cámara oculta cómo vive y trabaja la cadena de producción.
La cadena de televisión infiltró a uno de sus periodistas en dos fábricas que trabajan para la marca en Guangzhou (China) y reveló algunos detalles sobre el día a día de las trabajadoras. El documental muestra cómo los trabajadores se someten a jornadas laborales de hasta 18 horas por un sueldo de 600 euros al mes. Cómo algunas trabajadoras se ven obligadas a ducharse en la misma fábrica dadas sus interminables jornadas y cómo les castigan con rebajas de sueldo cuando cometen un fallo.
El documental ha ido más allá de la investigación de las condiciones laborales en las fábricas de Shein y denuncia también ejemplos de casos de plagio en sus prendas. La copia de diseños ya había sido denunciada anteriormente por diferentes artistas, pero eso no ha impedido su crecimiento.
La emisión del documental ha provocado una avalancha de comentarios y críticas hacia el gigante chino, que no ha tardado en emitir como respuesta un comunicado en el que niega ser conocedor de las prácticas de esa fábrica dado que, como muchas otras low cost, subcontratan este servicio. La empresa ha asegurado que este tipo de fábricas «violan los códigos de conducta» de Shein y que «tomaran medidas» para paliar la polémica situación que se vive en ellas.