Paciente de Parkinson desde hace mucho tiempo, Marc Gauthier había estado en la práctica confinado en su casa hasta que se convirtió en la primera persona en recibir un nuevo implante de diseño suizo que mejoró notablemente su capacidad para caminar. Gauthier, de 63 años, recibió en el Hospital Universitario de Lausana (CHUV) una neuroprótesis consistente en un campo de electrodos colocado contra su médula espinal.
Combinado con un generador de impulsos eléctricos bajo la piel de su abdomen, el dispositivo estimula su médula espinal para activar los músculos de sus piernas. «Me ha cambiado la vida porque ahora soy independiente», dice Gauthier, natural de Burdeos, sentado con sus médicos en el CHUV. «Puedo salir de casa, hacer recados. Incluso voy a pie». El Parkinson es una enfermedad neurológica degenerativa que se caracteriza por síntomas como temblores, rigidez y dificultades de equilibrio y coordinación. La incidencia de esta enfermedad se ha duplicado en los últimos 25 años, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Según estimaciones mundiales, más de 8,5 millones de personas la padecían en 2019.
Grégoire Courtine, uno de los médicos que dirigió el proyecto, dijo que los pulsos eléctricos administrados a la médula espinal de Gauthier le permitieron caminar de la manera en que lo habría hecho sin la enfermedad. «Creemos firmemente que muchas personas podrían beneficiarse de esta terapia», sostuvo Courtine, profesor de neurociencia en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), la Universidad de Lausana y el CHUV. Publicados el lunes en la revista Nature Medicine, los hallazgos del equipo de Courtine en el centro de investigación NeuroRestore sugieren que la tecnología podría utilizarse ampliamente en pacientes con Parkinson avanzado, la mayoría de los cuales padecen problemas debilitantes de movilidad.