La localidad vasca de Mondragón ha inaugurado una nueva rotonda en la zona de Arrasate que ha costado a los contribuyentes la friolera de 168.000 euros. Hasta aquí, todo medianamente normal.
El problema radica en que el enclave donde fue encajada la rotonda no es lo suficientemente espacioso y los vehículos voluminosos como camiones y autobuses se ven obligados a atravesarla para poder circular.
Rápidamente las redes se hicieron eco de situación tan absurda.