Britney Spears y su marido, Sam Asghari, salieron a cenar en pareja el viernes por la noche al restaurante JOEY, ubicado en el Valle de San Fernando (Los Ángeles). Pero la romántica velada no acabó de la mejor manera.
Según recoge TMZ, los clientes que la reconocieron comenzaron a grabar con sus móviles lo que estaba sucediendo, lo que generó que Bitney se pusiera aún más furiosa.
A todo esto, Sam no pudo aguantar la situación y abandonó abruptamente el establecimiento. Ella se quedó en la mesa sentada sola y comenzó a comentar «cosas sin sentido»; más tarde salió del restaurante acompañada por sus guardaespaldas.