Los consumidores generalmente prefieren imágenes de alimentos generadas por Inteligencia Artificial a imágenes de alimentos reales, especialmente cuando desconocen su verdadera naturaleza.
Este intrigante hallazgo, resultado de un experimento liderado por la Universidad de Oxford, se ha publicado en la revista Food Quality and Preference.
Los autores sugieren que las imágenes de alimentos generadas por IA destacan por mejorar el atractivo de los alimentos representados al aprovechar características clave como la simetría, la forma, el brillo y la iluminación y el color generales. Se sabe que todos estos contribuyen significativamente al atractivo de las imágenes gastronómicas.
Incluso cambios sutiles en el posicionamiento pueden mejorar el atractivo de las imágenes de alimentos generadas por IA. El autor principal, Giovanbattista Califano, de la Universidad de Nápoles Federico II, explicó en un comunicado: "Como seres humanos, tendemos a sentirnos incómodos con los objetos que apuntan hacia nosotros, interpretándolos como amenazas, incluso cuando se trata solo de comida. Cuando se le asigna la tarea de replicar fotografías de comida que muestran elementos que apuntan al espectador, como un montón de zanahorias o un trozo de pastel, la IA a menudo coloca la comida de manera que no apunte directamente al espectador. Esto justifica más estudios, pero es posible que este enfoque mejore el atractivo percibido de la comida representada".
En el estudio, los investigadores pidieron a 297 participantes que calificaran imágenes de alimentos reales o generadas por IA en una escala que iba desde "nada apetecible" hasta "extremadamente apetecible".
Las imágenes mostraban una variedad de alimentos naturales, procesados y ultraprocesados, desde manzanas y zanahorias hasta batidos de chocolate y patatas fritas. Cuando a los participantes se les dijo cómo se había creado cada imagen, ya sea mediante fotografía o IA, tendieron a calificar las versiones reales y generadas por IA como igualmente atractivas.
Sin embargo, cuando los participantes desconocían el proceso de creación de imágenes, la versión generada por IA fue calificada consistentemente como significativamente más apetitosa que la imagen de comida real.
El profesor Charles Spence, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, supervisor del estudio y coautor, afirmó: "Si bien los elementos visuales generados por IA pueden ofrecer oportunidades de ahorro para los especialistas en marketing y la industria al reducir el costo de encargar sesiones fotográficas de alimentos, estos hallazgos destacan riesgos potenciales asociados con la exacerbación del "hambre visual" entre los consumidores: el fenómeno en el que ver imágenes de alimentos desencadena el apetito y los antojos. Esto podría influir potencialmente en conductas alimentarias poco saludables o fomentar expectativas poco realistas sobre los alimentos entre los consumidores".
Además, los investigadores también descubrieron que las imágenes generadas por IA tienden a representar que los alimentos parecen más densos en energía en comparación con los originales, particularmente en la abundancia representada. Por ejemplo, la IA puede aumentar la cantidad de papas fritas en la imagen o agregar más crema batida a un postre. Dado que los humanos tienen un impulso evolutivo para prestar más atención a los alimentos ricos en energía, esto genera preocupación de que la difusión generalizada de tales imágenes idealizadas de alimentos podría promover el consumo de alimentos poco saludables inducido por señales.