En ocasiones, la vida nos enfrenta a desafíos inesperados, y para Luz Elizabeth, de 71 años, la situación se ha vuelto abrumadora. Después de perder a su hijo hace dos años a causa del cáncer, asumió la responsabilidad de cuidar a sus dos perros rescatados de la calle: Black, un perrito negro, y Kaiser, su fiel compañero blanco.
Sin embargo, la vida de Luz ha dado un giro devastador. Además de lidiar con la pérdida de su hijo, enfrenta una profunda depresión y diversas enfermedades, como la diabetes y dolores de huesos. Para empeorar las cosas, está al borde del desahucio en su residencia en el distrito de Sant Martí en Barcelona.
La promesa de cuidar a los perros se ha vuelto una carga abrumadora. Luz ya no puede sacar a pasear a sus fieles compañeros debido a su salud precaria, lo que también ha contribuido a la ansiedad de los animales. Con lágrimas en los ojos, Luz explica cómo sus recursos económicos son limitados, priorizando la comida de sus perros sobre la suya propia.
La comunidad de Vocalia de Gossos de Sant Martí ha intentado encontrar soluciones para esta situación desgarradora. Sin embargo, los esfuerzos por encontrar un hogar o una protectora para los perros no han tenido éxito hasta ahora.
Con el corazón destrozado, los vecinos ruegan por la ayuda de asociaciones o familias adoptivas dispuestas a acoger a Black y Kaiser. Se comprometen a garantizar una transición suave para los perros, trabajando con profesionales en educación canina y facilitando la adopción con contratos adecuados.
La esperanza sigue viva entre la comunidad, que cree firmemente en la posibilidad de un cambio y en la existencia de milagros. Mientras tanto, Black y Kaiser esperan ansiosos por una nueva familia que les brinde amor y cuidados. Su futuro depende de la generosidad y la solidaridad de aquellos dispuestos a ofrecerles una segunda oportunidad.