La hinchazón de piernas es una dolencia que sufren muchas personas, especialmente mujeres. El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carles March, explica que «la inflamación se produce porque hay demasiado líquido en el cuerpo y se acumula en las piernas. Se trata de algo muy habitual, que da una sensación de incómodo cansancio, hormigueo, dolores y, lo que es peor, en ocasiones son síntoma de un problema de salud más importante. No se trata pues de una enfermedad por sí misma, sino de un indicador que nos puede estar alertando de otras cosas».
No obstante, matiza que «no siempre es un signo de un problema cardíaco, circulatorio, renal o hepático». March aclara que «no debe por qué aparecer una hinchazón completa en la pierna, a veces es más común tener los tobillos hinchados o, incluso, los pies.
¿Qué provoca la hinchazón de las piernas?
El especialista en Salud Pública expone que «podemos tener hinchazón de piernas por acumulación de líquido si tenemos sobrepeso, si no somos personas activas, si pasamos mucho tiempo sentados o parados o si usamos medias o pantalones ajustados. Eso le sucede, especialmente, a personas de edad avanzada por su sedentarismo».
Otro factor muy importante es el calor. «Cuando suben las temperaturas, retenemos más líquidos y esto puede afectar a varias partes del cuerpo, entre ellas, las piernas, los tobillos y los pies. Esto es debido a que los vasos sanguíneos se dilatan, pierden elasticidad y dificulta la circulación de los líquidos. Este se puede salir de los vasos. Para evitarlo, el sistema linfático interviene para que no se acumule en los tejidos. Pero no siempre lo consigue, de forma que acaba produciéndose la hinchazón, algo que se denomina edema periférico».
«Las hormonas también juegan un papel importante a la hora de provocar que las piernas se hinchen. En etapas como la menstruación, el embarazo o la menopausia se produce una mayor retención de líquidos, ya que los vasos se dilatan y afecta a la circulación». Otros factores relacionados con la acumulación de líquido son la insuficiencia renal aguda, la miocardiopatía, la quimioterapia, la nefropatía crónica, la cirrosis, la trombosis venosa profunda, la insuficiencia cardíaca, la terapia hormonal, el linfedema, el síndrome nefrótico, la obesidad, la pericarditis, el embarazo, la hipertensión pulmonar, la tromboflebitis y la insuficiencia venosa crónica.
También puede ser causada por la inflamación de las articulaciones o los tejidos de las piernas, ya sea una respuesta normal a una lesión o enfermedad (rotura del tendón de Aquiles, lesión del ligamento cruzado anterior, fractura de tobillo o de pie, esguince…) o debido a la artritis reumatoide u otro trastorno inflamatorio. «Normalmente sentiremos dolor con los trastornos inflamatorios».
La alimentación también es fundamental. «El exceso de sal en las comidas y el sodio de los alimentos también afecta a la circulación sanguínea. Cuando comemos con mucha sal, esta hace que se produzca una subida de la tensión arterial, las venas y arterias se estrechan y la sangre no fluye».
También hay medicamentos que pueden provocar hinchazón de piernas, tales como analgésicos (ibuprofeno o naproxeno), algunos antidepresivos, ciertos fármacos para la presión arterial o para el tratamiento de la diabetes; así como las hormonas, los esteroides y ciertos remedios para aliviar situaciones dolorosas».
¿Cómo evitar las piernas hinchadas?
El mencionado experto recomienda beber agua aunque no tengamos sed, evitar salir a la calle cuando haga mucho calor y cuidar la dieta para evitar la retención de líquidos. En este punto, sugiere tomar alimentos depurativos como la sandía, el melón, el tomate, la cebolla, los espárragos o las alcachofas. También ayudan a mejorar la circulación los frutos rojos, tales como las cerezas, fresas o frambuesas. Otra recomendación es condimentar las comidas con jengibre; además de tener un efecto antiinflamatorio, ayuda a mejorar la circulación. También se deben evitar las bebidas alcohólicas, muy azucaradas o tomar mucho café.
El deporte también es de gran ayuda. March propone «hacer entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada o vigorosa a la semana, incluso a las personas con alguna discapacidad o enfermedad crónica». También insta a caminar para mover las articulaciones y los músculos de las piernas regularmente. Por su parte, darse duchas de agua tibia y fría ayudará a activar la circulación y a reducir la inflamación. «Se debe empezar con agua tibia y continuar con fría, si es posible con un ligero masaje de abajo a arriba para ayudar a que la sangre fluya».
Descansar las piernas y mantenerlas ligeramente elevadas durante unos 15 ó 20 minutos, para favorecer el retorno de la sangre hacia el corazón, también es muy recomendable. «Las personas que trabajen sentadas pueden beneficiarse de usar un reposapiés que permita tenerlas un poco en alto», concluye March.