Estimado donante, me dirijo a ti porque ya te habrás enterado de la problemática existente en nuestra sede de Ibiza. Como en cualquier familia los divorcios existen y están, por desgracia, a la orden del día. Sin embargo intentaremos que tú no sufras por esta ruptura.
Llevamos años de reivindicaciones por diversos motivos que ahora no vienen al caso, pero en este momento nos sentimos solos y agotados con lo cual no nos queda otro remedio que retirarnos. Sí hemos continuado en el banco, o en algunos casos vuelto, es por 2 motivos fundamentales: el primero y principal por el buen rollo existente en la sede de Ibiza y en segundo lugar por ti. Sí, por ti donante, porque tú eres la esencia de este trabajo, representas la generosidad, el altruismo, el voluntariado, la salud en definitiva. Porque cuando vienes a donar (y quieres donar a toda costa) nos enseñas que en las personas aún hay algo muy bueno y que compartir algo tan indispensable para la vida, como tu propia sangre, debería ser innato en el ser humano. Vuelves haga frío o calor, después de la jornada de trabajo, esperas lo que sea necesario (a veces incluso horas) siempre con el mejor talante y de forma totalmente desinteresada, siempre con una sonrisa en la cara. Te mereces lo mejor y por ello esperamos que los que tengan que venir te traten como te mereces.
Te rogamos que sigas con tu labor desinteresada, que continúes donando a pesar de la adversidad y quién sabe si pronto podemos ser compañeros de sillón.
Gracias por todos estos años, gracias por la ilusión, gracias por salvar vidas. Sólo nos queda agradecimientos hacia ti.
Recibe sin más un caluroso abrazo y hasta siempre.