Propuesta viable para que los niños puedan salir a la calle. En momentos tan críticos como los que estamos viviendo, hay que ser delicado y comprensivo, ya que todos los ciudadanos, de algún modo, están perjudicados con esta situación a diferentes niveles. Es necesario establecer unas restricciones sociales que impidan la expansión y el contagio masivo que está generando el COVID-19. Asimismo, hay que ser consecuente y cuidar de las personas más vulnerables.
Desde el primer día del confinamiento se ha hecho énfasis a la población de la tercera edad como los más vulnerables, pero hay otra población de la que no se ha hablado tanto y que está a punto de colapsar si no se toman medidas: los niños. Hay muchas familias en la isla que están sufriendo el confinamiento a diario con sus hijos sin poder correr, coger sus bicicletas o que les dé un poco de esa vitamina D tan necesaria: el sol. Si se ha podido establecer una organización para poder ir a comprar, en un espacio cerrado, más arriesgado para nuestra salud, seguramente los ayuntamientos de todos los municipios de Ibiza pueden gestionar que los niños puedan salir a la calle, que es un espacio abierto, más seguro.
Una propuesta interesante sería la siguiente, dirigida a todos los ayuntamientos de la isla. Si se facilita una dirección de mail o un teléfono al que cada ciudadano que tenga niños se dirija y pueda hacer una petición de salida con sus hijos, el ayuntamiento correspondiente crearía una lista de ciudadanos y un orden de visita al parque que notificaría previamente a los interesados. La idea sería que se habilitasen parques con vigilancia en los que se permita visitas a una sola familia de 30 minutos. A continuación, un equipo de limpieza desinfectaría el parque. Posteriormente, entraría la siguiente familia que previamente ha hecho su petición de visita al parque.
De esta manera, nunca se juntarían niños ni personas adultas de diferentes familias y se evitaría el contagio. Asimismo, se podría aprovechar para hacer un control sanitario a dichas familias previa entrada al parque, de manera que se llevaría un control más exhaustivo de la población y se tomarían las medidas correspondientes con los miembros de la familia contagiados.
Lógicamente, el volumen de gente que quiera visitar los parques con sus hijos será elevado. Por tanto, habrá que establecer una frecuencia de visitas adaptada al volumen y a las necesidades de la gente. Los niños llevan confinados en sus casas más de un mes. Es necesario y urgente que los diferentes consistorios de la isla gestionen esta situación.