Han pasado mucho años desde que Vujadin Boskov dijo la famosa frase: «Fútbol es fútbol». Y muchos son los que la recuerdan. El fútbol es un deporte pero también un juego, y como dijo el gran sabio que fue Johan Cruyff: «De fútbol y de política todos saben, pero jugarlo ya es otra cosa.
El fútbol, como todo en la vida, ha evolucionado. Antes el entrenador estaba solo, ahora está arropado por un cuerpo técnico para preparar y analizar los partidos.
Se ven los partidos en todo el mundo a través de los medios audiovisuales, se avanzó en la recuperación de las lesiones en los jugadores, hay el VAR, se viaja mejor, incluso los equipos cuentan con psicólogos, nutricionistas y varios especialistas en la recuperación de los jugadores, y entrenadores especializados como con los porteros y preparadores físicos. Antes el entrenador debía entrenar, tomar decisiones y, a veces, fichar a los jugadores y tenía la misma presión que ahora.
El fútbol fue pasión, lo es y lo seguirá siendo, agregándole que ahora hay más medios de difusión y los técnicos siguen siendo cesados cuando dejan de ganar varios partidos o no cumplen los objetivos del club, que ahora ya no son en su mayoría de los socios sino de empresas o particulares.
El fútbol actual está muy estructurado, estudiado y mecanizado, pero no olvidemos que es un deporte de equipo, y un equipo lo componen once jugadores, que son los que juegan el partido, y estos jugadores son humanos, por esto se equivocan, no son máquinas, por muchos entrenamientos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos.
En el partido son once contra once y allí influyen pequeños pero importantes detalles que hacen que un equipo gane o pierda. Aun siendo mejores técnicamente y físicamente, detalles que a veces se desconocen. El estado de ánimo: no es lo mismo marcar un gol que encajarlo, un mal pase, pérdida de balón, estado del terreno de juego, expulsión de un jugador, el fallo del portero, un fallo de marcaje, fallo de un penalty, un error arbitral, falta de concentración, etc. Pequeños detalles pero importantes en un partido. El fútbol como juego no es una ciencia exacta y por eso recordamos la famosa frase de Boskov. En un partido pueden pasar muchas cosas imprevistas que lo cambian y a veces no gana el más preparado ni el mejor. Esa es la razón por la que el fútbol es tan extraordinario.