La historia de Luna, el cachorro de apenas dos meses que fue lanzado desde un segundo piso en un edificio abandonado de es Viver, ha revolucionado las redes sociales y ha sido una de las noticias más leídas de los últimos días. Afortunadamente, la pequeña Luna se está recuperando de la rotura de una de sus patas y ya ha sido incluso adoptada por personas que la cuidarán como se merece. Lo sorprendente del caso es que el suceso por parte de un desalmado provocó la indignación vecinal y el agresor fue detenido de forma inmediata. Luna fue lanzada desde una altura de 15 metros porque al sujeto en cuestión le molestaban los ladridos de los cachorros que había en un edificio abandonado de es Viver. Luna fue el cachorro que se llevó la peor parte.
Un castigo. El agresor del cachorro ha sido condenado a tres meses y un día de cárcel y se le prohíbe, además, no tener animales domésticos, al menos durante 18 meses. La reacción de la policía fue inmediata, y la sentencia condenatoria, también. Esta rápida reacción es una muestra de que la sociedad actual está sensibilizada por el respeto hacia los animales. Tanto los vecinos, como los agentes, y posteriormente desde el juzgado de Eivissa que instruyó la denuncia, se tuvo en cuenta la gravedad de los hechos y condenó al agresor, un hombre magrebí con antecedentes penales.
Una sociedad mejor. Una sociedad tiene que respetar a los más desfavorecidos, crear todos los instrumentos para evitar que haya personas que pasen necesidades, pero una sociedad que respeta los animales de compañía es una sociedad mejor, más humanizada y responsable. Este episodio que ocurrió hace unos días en es Viver posiblemente ni hubiese sido noticia hace 10 años. No hubiese merecido ni siquiera un breve en un periódico. Ésa es la cruda realidad. Sin embargo, la sociedad hoy en día reacciona de forma rápida y efectiva contra estos episodios de violencia. Cada vez hay más sensibilización por los animales y eso es un síntoma de avance. En definitiva, de una sociedad mucho mejor.