La moda Adlib se ha presentado estos días en la feria Who's next que se celebra en París, pero la gran novedad es que junto a los diseñadores consagrados se han incorporado artesanas, en concreto, artesanas que hacen esperdenyes. El éxito ha sido rotundo. En los días que llevan en la capital francesa han conseguido cerrar contratos para exportar sus esperdenyes a otros países. A ningún ibicenco debe sorprenderle el éxito de las esperdenyes, pero quizás hacen falta más acciones de promoción para mostrar este otro producto tan autóctono. La feria Who's next ha demostrado que realizando una buena labor de promoción hay productos que tienen posibilidad de exportarse al exterior. Si van junto a las marcas Ibiza y Adlib, el éxito parece asegurado.
Una gran plataforma. La vicepresidenta del Consell Marta Díaz cree que Adlib debe abrir las puertas a otros productos autóctonos. Contaba una de las artesanas que un empresario griego había encargado un buen número de esperdenyes para la isla de Hydra. También otro empresario chileno ha hecho un encargo de esperdenyes. Sorprendente. Esta experiencia parisina debe servir para reflexionar. Quizás es el momento de repensar la promoción turística y buscar otras plataformas que permitan la difusión de todos aquellos productos que se hacen en Ibiza y que tienen el éxito asegurado en todo el mundo. Lo ocurrido estos días con las esperdenyes es una evidencia de que, al margen de la moda Adlib, mundialmente conocida, hay posibilidad de negocio para otros productos ibicencos.
Aprovechar la marca. El Consell d'Eivissa debe ayudar a los empresarios ibicencos a potenciar sus productos. Quizás sea el momento de reflexionar en revisar algunas promociones y modificar la política de asistencia a las ferias. Sin duda, acudir a Who's Next ha servido para demostrar que, además de Adlib, hay otras posibilidades de negocio. Evidentemente, la promoción turística también debería revisarse. Tiene poco sentido seguir acudiendo a las ferias turísticas tradicionales para promocionar sol y playa y luego quejarse de la saturación en los meses de verano. Es incongruente. Pero sí es posible mantener la promoción turística y, paralelamente, que se puedan vender productos ibicencos que previsiblemente tendrán el éxito asegurado en el exterior.