No ha sido ninguna sorpresa la condena por narcotráfico de Mahy Marrero. Todos los indicios apuntaban a que el empresario canario sería condenado por los delitos que le imputaban la Fiscalía. El empresario, que se quedó con once lotes de las playas de Sant Josep, ha sido condenado a 8 años de cárcel y a una multa de 21,5 millones de euros, como adelantó ayer en exclusiva este periódico. El Ayuntamiento de Sant Josep mostró ayer una sorprendente tranquilidad. Y anunció que solo revisará las concesiones del ‘narco' canario en caso de que la sentencia contemple una inhabilitación. En caso contrario, todo seguirá igual y Marrero podrá mantener sus negocios playeros en Sant Josep.
Polémica subasta. La polémica con la concesión de las playas de Sant Josep saltó el mismo día de la subasta cuando se supo que un empresario acusado por narcotráfico pretendía optar a importantes lotes. Se dio la circunstancia de que Marrero reventó los precios y disparó la subasta, generando unos ingresos inesperados por el propio Ayuntamiento de Sant Josep. La subasta fue noticia nacional y tras lo ocurrido se planteó si el Ayuntamiento de Sant Josep había acertado al elegir el sistema para repartir los servicios de playas. No hace falta recordar la indignación que la subasta provocó entre empresarios que gestionaban playas desde hacía muchos años.
Mejorar el sistema. Realmente, poco podía hacer el Ayuntamiento de Sant Josep para evitar que un empresario como Marrero pudiese optar a gestionar los servicios de once playas del municipio, pero es muy cuestionable que el sistema elegido para repartir las concesiones fuese el mejor. Se provocó, quizás de forma involuntaria, situar la imagen de Ibiza con especulación y negocio fácil. No se consiguió así la mejor publicidad para la isla. Como se suele decir, «lo que mal empieza mal acaba». Y con este asunto ha sido así. Quizás en el futuro debería revisarse el sistema para las concesiones de playas, pero el daño ya está hecho.