El Parlament vivió ayer un nuevo capítulo sobre el tema que salpica toda la política nacional: el referéndum catalán. Podemos calificó de «Estado de excepción» las actuaciones de la Fiscalía en relación a lo que ellos han llamado «persecución» por promover el referéndum convocado por el Parlament catalán. Estos fueron los calificativos que utilizó el diputado Carlos Saura durante un debate promovido por Podemos ayer en la Cámara balear. Podemos se suma así al sueño soberanista de los independentistas catalanes y de Més per Mallorca, el partido que ha anunciado que quiere impulsar la independencia de Balears en el año 2030.
Podemos se define. Pese a que teóricamente Podemos quiere que se haga el referéndum, si bien no se pronuncia sobre el resultado, en Balears es evidente que esta formación política aplaude todos aquellas decisiones que adoptan los independentistas, mientras cuestiona aquellas las resoluciones impulsadas por el Gobierno central. «Vivimos las peores horas de la democracia», aseguró ayer Carlos Saura, diputado de Podemos, comparando las decisiones gubernamentales con el golpe de Estado de Tejero. Sin duda, una forma muy curiosa de no pronunciarse sobre el resultado de la consulta soberanista y de intentar actuar desde la equidistancia.
Y Més quiere la independencia. La postura de Més per Mallorca y Més per Menorca también resulta preocupante. No esconden su simpatías hacia el movimiento soberanista, y algunos miembros del Govern participan en manifestaciones junto a personajes como Arnaldo Otegi, condenado por terrorismo. Sin embargo, Més cree que el Gobierno del actúa desde el «neofascismo» por intentar evitar que se celebre el referéndum el próximo día 1 de octubre. Olvidan Més y Podemos que lo que hace el fiscal general del Estado es intentar defender la Constitución y evitar que el soberanismo consiga sus objetivos. Y olvidan estos dos partidos que el Parlament catalán ha pisoteado todos los instrumentos democráticos básicos, como advirtieron hasta los funcionarios de la Cámara catalana. Eso también se tiene que decir a la hora de hablar de «pisotear» la democracia española.