Hacía tiempo que no se conocían episodios como los vividos hace escasos días en un hostal de Talamanca, donde tres ladrones asaltaron con violencia al vigilante del establecimiento y robaron una cantidad que se estima en 50.000 euros, según publicó en exclusiva este periódico. La situación es preocupante. Estamos en enero y no puede justificarse que se incrementan los robos de estas características por la presencia de turistas. Este episodio demuestra que hay bandas organizadas en Ibiza que conocen perfectamente dónde se puede conseguir botines económicos apetecibles y que siguen operando con total impunidad en la isla. Las casas aisladas con turistas millonarios están ahora desocupadas, pero la actividad delictiva no ha cesado. Y eso es preocupante.
Un relato escalofriante.
«Danos las llaves de las cajas y no habrá problemas. Serán cinco minutos. Me llamaban por mi nombre y uno de ellos insistía en que estuviera tranquilo: relájate Mohamed, me dijo varias veces», relataba a este periódico el vigilante atacado por tres ladrones en Talamanca. Es decir, los autores del robo habían estudiado concienzudamente el escenario del delito. Habían analizado los movimientos del vigilante y sabían, además, que podían encontrar un buen botín. Y así fue. Lo acostumbramos a relatar en los meses de verano se producía en pleno mes de enero, con la isla apenas sin turistas.
Reforzar la seguridad.
Empieza a ser urgente que Delegación del Gobierno tome conciencia del problema que vive Ibiza. Que los propios vecinos tengan que crear grupos de vigilancia en verano para evitar robos es inconcebible en una isla como Ibiza, pero también en Formentera han ocurrido episodios parecidos. Empieza a ser hora de actuar con contundencia, sin bajar la guardia, y darse cuenta de que Ibiza tiene que ser una isla modélica en seguridad. Y tener conciencia, además, que no todos los problemas llegan con los turistas, como ha quedado demostrado en Talamanca.