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Editorial

La sanidad pública no ha de ser un negocio

Si ayer decíamos que la sanidad pública no debía perdonar ni un euro a los turistas imprudentes, sí sería exigible que las personas que van a visitar a familiares enfermos al hospital de Can Misses, no se vean obligados a pagar auténticas barbaridades por el uso del aparcamiento. El Movimiento Pro Radioterapia ha registrado un escrito en el Consell d'Eivissa en el que en términos bastante críticos, solicita a la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, un abaratamiento del coste del pasquín, actualmente fijado en 2,10 euros por hora. Los ibicencos están pagando un 70 por ciento más que los mallorquines por el mismo servicio, una tarifa fuera de toda lógica.

O gratis o más barato.
El mismo Govern que presume de potenciar la sanidad pública, de incrementar la plantilla de médicos frente a los recortes de la etapa del PP, está permitiendo ahora que se cometa un abuso a los usuarios del parquin, una situación a todas luces aberrante que debe enmendarse de inmediato. Además, y como recuerdan desde la citada Platafora, las dos conselleras ibicencas que actualmente se sientan en el Consell de Govern, criticaron ásperamente la situación cuando no formaban parte del Ejecutivo. No es posible que sea más barato usar aparcamientos privados en Ibiza que el del hospital Can Misses. Un servicio de estas características no puede convertirse en un negocio para la concesionaria, que precisamente no destaca por la excelencia desde que comenzó a gestionar Can Misses.

Renegociar el contrato.
Hace ya un año que la consellera de Salut, Patricia Gómez, manifestaba su intención de renegociar el contrato de Can Misses, que no puede atribuirse al PP sino al socialista Vicenç Thomás. Por lo tanto, la excusa de la herencia recibida que tanto gusta utilizar a Gómez no es válida en este caso. Sin embargo, el PP tampoco hizo mucho para cambiar esta situación, una mala gestión que ahora pagan los ibicencos que no tienen más alternativa que aparcar en Can Misses a precio de oro. La sanidad y todos sus servicios no debe ser un instrumento para hacer caja porque los ciudadanos ya pagan suficientes impuestos.

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