Desde hace unos años todo el mundo conoce a las ‘Kellys'. Son las camareras de piso de hoteles que se encargan de limpiar las habitaciones, mujeres que tienen salarios bajos y que, además, padecen problemas físicos por la excesiva carga de trabajo que afrontan diariamente. Las ‘Kellys' han sabido en los últimos años explicar sus problemas al resto de la sociedad y recientemente hasta el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió a una representación de este colectivo. Reivindican el reconocimiento de las enfermedades profesionales, poder jubilarse anticipadamente y reclaman, además, que se mejoren sus condiciones de trabajo. Empieza la temporada y ellas la comienzan con miedo.
Reconocer su situación.
Las ‘Kellys' han conseguido que la sociedad sea consciente de la carga de trabajo que tienen que soportar día a día. Tina, una camarera de piso que vive en Ibiza, contaba en el reportaje que publicamos el sábado que durante las 8 horas de su jornada laboral llega a limpiar unas 24 habitaciones. Hace unos años limpiaba la mitad. Ese es el gran problema de las ‘Kellys': la brutal carga de trabajo. Lamentablemente algunos hoteleros han optado por mantener las mismas plantillas que antes pero, en cambio, el trabajo se ha duplicado. Las ‘Kellys' deben lograr, gracias a la fuerza que han conseguido ante la sociedad, que se regule su trabajo, los descansos, y si es necesario establecer un número máximo de habitaciones por día, algo que ya deberían contemplar los empresarios para no dar una imagen de explotadores sin escrúpulos. Pero hay otros colectivos que tienen tanta carga de trabajo como las ‘Kellys' y también podrían reclamar jubilaciones anticipadas. Es un tema muy complejo y abriría precedentes muy peligrosos.
Lograr mejoras.
Ha empezado una nueva temporada y las ‘Kellys' la afrontan con cierta preocupación. Resulta imprescindible que las jornadas laborales sean sostenibles así como sus cargas de trabajo y que se atiendan los problemas físicos de este colectivo, y que sus reivindicaciones sean escuchadas por los empresarios y también por las instituciones. Cada paso que se consiga será una victoria para las ‘Kellys' y para todos.