Comisiones Obreras anunció ayer que los trabajadores del vertedero de Can na Putxa en Ibiza han acordado iniciar una huelga indefinida a partir del próximo 24 de junio, mientras los trabajadores de limpieza de Sant Antoni tienen previsto decidir en asamblea si inician sus paros de forma indefinida el 2 de agosto. Por último, los empleados de Valoriza, la empresa adjudicataria de la limpieza de Vila, plantearán la semana que viene cuándo empiezan su huelga. El sindicato quiere incluso que las huelgas de Vila y Sant Antoni se hagan al mismo tiempo.
La conflictividad se alarga.
Empresas y sindicatos deberían hacer un esfuerzo para evitar estos paros que pueden hacer un gran daño a la imagen de Ibiza, además de los problemas de higiene que implica acumular basura durante días en las calles. Es especialmente llamativa la postura de los trabajadores de la UTE Giref, responsable del vertedero insular, que critica la «falta de respeto y la poca formalidad» de la empresa adjudicataria frente a las reivindicaciones de mejores condiciones laborales y unos salarios dignos.
Intervención política.
La amenaza de tres huelgas en plena temporada turística debería hacer intervenir a las autoridades políticas, que deben mediar para evitar estos conflictos laborales, y sobre todo acercar posturas entre trabajadores y empresas adjudicatarias. Las administraciones deberían valorar, incluso, si estas empresas no están capacitadas para poder gestionar una adjudicación pública, donde se da por hecho que los trabajadores que cubren estos servicios tienen unas condiciones laborales dignas, pero a veces no es así. Es ahí donde hay que actuar con rapidez. La Conselleria de Treball del Govern tiene instrumentos para solventar esta situación, que amenaza con llenar de basura la isla, algo que sería inadmisible tanto para los residentes como para los turistas. Por eso las partes deben hacer esfuerzos para acercar posturas y evitar lo que podría ser un auténtico desastre para toda la Ibiza.