El PP de Ibiza ha conseguido una victoria contra todo pronóstico en las elecciones municipales, insulares y autonómicas de este domingo. Dándole la vuelta a las encuestas y al resultado de las elecciones generales del 28 de abril, revalida sus mayorías absolutas en Santa Eulària y Sant Joan; y tiene al alcance de la mano el gobierno de Vila y Sant Antoni. Incluso en Formentera el resultado de sa Unió (la coalición de PP y Compromís per Formentera) ha sido espectacular, empatando a escaños (6) con Gent per Formentera. Junto con el ascenso del PSOE, ponen fin a la mayoría absoluta de GxF, ejercida de forma casi despótica en los últimos cuatro años. Si Vox no hubiese presentado candidatura en la Pitiusa del sur, donde logró 107 votos, sa Unió hubiese ganado los comicios y por tanto, el escaño en el Parlament.
El PSOE gana en Balears.
Sin embargo, en el resto de Balears la izquierda retiene el control de las principales instituciones, aunque con un reparto muy diferente al de hace cuatro años. El PSIB-PSOE, liderado por Francina Armengol, ha logrado ampliar su representación en el Parlament, Consell de Mallorca y Ajuntament de Palma y situar su formación política en el eje de los todavía imprescindibles pactos con otras fuerzas politicas como Més y Unidas Podemos. El avance socialista se produce, en buena medida, a costa de los que han sido sus socios institucionales, pero deja sin opciones a los grupos del centro derecha.
Necesidad de pactos.
La continuidad de las fuerzas progresistas en el poder de Balears no evita su lógica recomposición interna a tenor de los resultados obtenidos. Los futuros e imprescindibles pactos de gobernabilidad deberán tener muy presente el nuevo panorama político que han alumbrado las urnas. Ahora se inicia un período en el que se pondrá a prueba la voluntad de diálogo y la generosidad para alcanzar la necesaria estabilidad institucional que reclaman –y necesitan– los ciudadanos en los tiempos actuales.