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Editorial

Grave crisis en el PSOE ibicenco

Vicent Torres anunció ayer su renuncia al cargo de secretario general de los socialistas ibicencos horas después de que Marta Díaz comunicase su decisión de dar marcha atrás y de seguir como consellera del PSOE en el Consell d'Eivissa. La rectificación de Díaz ha roto el PSOE ibicenco cuando falta apenas un mes para las elecciones generales, pero lo sorprendente es que Torres se sienta inhabilitado para seguir al frente del partido y en cambio no tenga ninguna intención de dejar su puesto en la institución insular como portavoz de los socialistas.

Toma de conciencia.
En apenas 24 horas Marta Díaz ha conseguido dar un vuelco a su situación personal y ha provocado una grave crisis en el que es todavía su partido. Primero dijo que dimitía después de haberse publicado un supuesto mal uso de los gastos que cargaba en su etapa como vicepresidenta 2ª de la institución, para más tarde rectificar, decir que ha sido objeto de calumnias y que piensa defenderse de ellas. Evidentemente parece claro que la trayectoria política de Torres ha estado demasiado ligada a la de Díaz en estos últimos años y ayer tuvo que presentar su renuncia al frente del partido. La imagen de la clase política queda en muy mal lugar con la decisión de Díaz de seguir en su cargo, aunque sea desde el grupo mixto si es que el PSOE acaba por expulsarla de su grupo. Pero tiene razón Díaz cuando recuerda que, a diferencia de ‘Agustinet' y Xicu Tarrés, ella no está imputada.

Un compromiso global.
La continuidad de Marta Díaz en el Consell y la dimisión de Torres abren un futuro incierto tanto en el Consell d'Eivissa como en el PSOE ibicenco. Pero la crisis abierta sí ha puesto en evidencia que el gobierno insular no tenía ninguna cohesión, como lo demuestran las declaraciones de Podemos en contra de Díaz. Se ha demostrado que todos iban por su cuenta y que el papel de Torres era casi testimonial. Ahora falta ver cómo afrontará la crisis el PSOE, pero resulta sorprende que anuncien medidas si Díaz no deja su escaño en el Consell. A estas alturas al menos deberían saber que las actas son unipersonales.

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