Los ciudadanos de las Islas no ocultan su desconcierto ante la gestión que realizan las instituciones ante la pandemia de la COVID-19, así lo refleja la encuesta realizada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES). La percepción social frente a la segunda ola de contagios se muestra crítica tanto frente a la Administración central como la autonómica, pero más a la del Gobierno y la figura de su presidente. La presidenta balear, Francina Armengol, está logrando aguantar el envite y obtiene casi un aprobado frente al resto de sus adversarios políticos en las Islas.
Sin apenas impacto electoral.
Los ciudadanos siguen anteponiendo las medidas que salvaguardan la salud en contraposición a los efectos económicos, según revela la consulta del IBES. Sin embargo, la frustación de las expectativas creadas al inicio de la temporada turística están muy presentes entre la ciudadanía balear aunque ello, aunque pueda resultar sorprendente, no tiene un impacto directo en materia electoral. Los partidos mantienen en términos globales sus opciones sin apenas variaciones significativas respecto a mayo del pasado año. La crisis del coronavirus no alimenta, al menos por el momento, cambios sustanciales en la intención del voto.
Desconfianza ciudadana.
El sondeo del IBES, no obstante, plantea el elevado grado de desconfianza con el que los ciudadanos aceptan las medidas antiCOVID planteadas y aplicadas por el Govern en las Islas y por el Gobierno. Los anuncios contradictorios han acabado haciendo mella en la ciudadanía –que acepta su elevado grado de corresponsabilidad en el escenario actual–, que incluso ya cuestiona la eficacia de las vacunas sobre las que se está trabajando. Es la prueba inequívoca de la pérdida de prestigio y liderazgo de la clase política en estos momentos, incapaz de apartar la disputa institucional en unos momentos tan críticos como los actuales. No será sencillo recuperar el terreno perdido a nuestros líderes.