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Editorial

El Govern admite su error

Ibiza |

La tensión social generada por el último paquete de medidas restrictivas para hacer frente a la pandemia en Baleares, que ha reducido al máximo la actividad comercial y de restauración, ha sido asumida por el Govern. Los socios minoritarios que integran la coalición gubernamental, Unidas Podemos y Més, han logrado que el PSIB admita la necesidad de rectificar la dinámica actual sin que ello cuestione el principal objetivo, que no debe seguir siendo la protección de la salud pública, sin que ello signifique abandonar a su suerte a miles de empresarios y, por ende, a sus trabajadores. El primer gesto para reconducir la situación se espera que se produzca hoy con el anuncio de unas ayudas públicas a los sectores más damnificados que, cuando menos, llegan tarde, lo que refleja la falta de reflejos de un Govern sobrepasado por los acontecimientos.

Una llamada de atención.
La manifestación del pasado martes, en la que miles de empresarios y trabajadores salieron a la calle –en una convocatoria no autorizada– para evidenciar su descontento por las medidas del Govern y con que estas llegaran sin un plan de rescate a los sectores afectados. La hostelería de Mallorca lleva desde el 20 de diciembre sufriendo duras restricciones, como el cierre a las 18 horas para evitar el tardeo los viernes, sábados y vísperas de festivos, que se han incrementado esta semana al entrar en vigor el miércoles el cierre total, como en Ibiza.

Sensibilidad y planificación.
El Govern ha demostrado muy poca sensibilidad con los sectores afectados, a los que ha dejado abandonados a su suerte. Ni ha diseñado todavía un plan de ayudas, ni tampoco ha abierto la boca para que el Gobierno de la Nación haga como están haciendo otros socios europeos, como Alemania, Italia y Francia, países que han articulado desde hace meses un programa de ayudas directas. No es suficiente con prorrogar los ERTE, ya que estos dejarán de tener sentido si las empresas cierran. La adopción de medidas drásticas, justificadas desde el punto de vista sanitario, no puede justificar el olvido de quienes sufrirán sus consecuencias. El fin de esta crisis se está demorando más de lo previsto, por eso más que nunca es necesario acercarse a los perjudicados.

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