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Editorial

Toda prudencia es bienvenida

Ibiza |

El éxito de la reapertura de Mallorca como destino turístico en el mercado alemán, gracias a la baja incidencia de contagios en las últimas semanas, está generando no poca preocupación por lo que supone de riesgo respecto a la evolución positiva del control de la pandemia. El temor a una cuarta ola que imposibilite una apertura normalizada de los establecimientos turísticos en verano es una realidad que requiere de mesura y sensatez para ser neutralizado, tanto por parte de las autoridades sanitarias como del propio sector. Alemania está registrando un importante rebrote de COVID-19 y su Gobierno insiste en recomendar a sus ciudadanos que no viajen con fines turísticos, mientras las aerolíneas incrementan los vuelos con destino a las Islas para poder atender a una demanda creciente.

Reactivación testimonial.
Cabe señalar que la llegada de turistas alemanes a Mallorca durante los próximos días es, en términos absolutos, testimonial, nimia en el caso de Ibiza y Formentera. La mayoría de viajeros corresponde al perfil de propietario de segunda residencia. Las autoridades sanitarias españolas han reiterado que van a incrementarse los controles en los aeropuertos, con la exigencia de PCR negativas a todos los pasajeros de entrada. El objetivo es garantizar que ningún visitante puede expandir en virus durante su estancia en las Islas, por este motivo el Govern ha eliminado la exoneración de PCR para los viajeros nacionales que provengan de zonas con bajas incidencias como hasta ahora. Aunque las comunidades están permitradas y es ilegal salir de ellas, las medidas de control no siempre se cumplen y, además, también hay numerosas excepciones que lo permiten, amén de la secular picarescas española.

Garantizar el verano.
Es preciso apelar a la contención si se quiere evitar una campaña tan desastrosa como la de 2020. Regresar al escenario de una cuarta ola de contagios en nuestra Comunidad resultaría dramático, tanto desde la perspectiva social como económica y alejaría el horizonte de la recuperación definitiva. Mientras, es exigible, por supuesto la aceleración de la vacunación, el auténtico remedio a esta situación.

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