El Govern balear no ceja en su empeño para fomentar la vacunación de las personas que voluntariamente están decidiendo no hacerlo, a pesar de la evidencia de que es la única manera efectiva de hacer frente a la pandemia, lo que es su responsabilidad y, obviamente, merece un aplauso. En esta línea, a partir del miércoles próximo los mayores de 12 años podrán acudir de 16 a 19 horas sin cita previa a los vacunódromos de Baleares, el Recinto Ferial en el caso de Ibiza y el Hospital de Formentera en la menor de la pitiusas, para recibir la vacuna. Por si no fuera suficiente, además, los centros de salud de Sant Antoni y de Santa Eulària también inyectarán la vacuna sin cita en horario de 11 a 13.30 horas.
Sin excusas.
Es una manera de eliminar las excusas de quien se ampara en los farragosos trámites de reservar cita por Internet o por vía telefónica para justificar su negativa a vacunarse. Otra de las medidas en la que está poniendo el foco la Conselleria de Salud es en la repesca de personas que por franjas de edad ya deberían estar vacunadas desde hace semanas. Es evidente que el elevado número de personas que ha decidido no vacunarse no puede ser achacado a la negligente gestión del Govern. Al contrario, ya que hace muchas semanas que la vacunación está abierta para todas las franjas de edad, lo que permite concluir que las personas que no se han vacunado no lo han hecho por convicción que cuesta entender para los no negacionistas.
Cambio de tendencia.
Un mayor porcentaje de personas vacunas está detrás de que en Ibiza y Formentera hayamos superado el pico de la quinta ola y la incidencia haya empezado a descender junto al hecho de que cada vez más personas han superado la enfermedad. Las restricciones actuales, especialmente el toque de queda encubierto a la 1 de la madrugada, junto a los dos factores anteriores están permitiendo que el virus y la quinta ola convivan con cierta naturalidad con una intensa actividad turística, lo que permite aliviar la penosa situación en la que se encuentran empresas y trabajadores. En sentido contrario, sigue la tensión en el sistema sanitario.