La presidenta del Govern, Francina Armengol, y la delegada del Gobierno, Aina Calvo, coincidieron ayer, en sus intervenciones con motivo del día de la Constitución, en destacar la vigencia, la validez y la eficacia de la ley de leyes aprobada en diciembre de 1978. Frente a quienes –como Més per Mallorca, junto a ERC, la CUP, EH Bildu, BNG y otras formaciones independentistas– califican la Constitución de «agotada y deslegitimada» y tildan de «exaltación y defensa fanática» a quienes la apoyan, Aina Calvo proclamó que ha consolidado el Estado de bienestar y subrayó que «es el marco de estabilidad que ha posibilitado el impulso a la sanidad y la educación públicas, así como la acción del Gobierno en políticas sociales». Y Francina Armengol subrayó que «en esta Constitución no sobra nadie y es la vacuna más efectiva para protegernos de quienes se sitúan fuera de ella, de quienes quieren atacar la democracia y la convivencia desde el odio, el racismo, la LGTBI fobia o el racismo».
Urgente modernización.
La Constitución de 1978 permitió transitar del régimen franquista a una democracia de derechos y libertades. Pero no se comprende como, 43 años después, se sigue demorando la reforma de varios artículos y apartados que reclaman una urgente modernización. Ello provoca desafección ciudadana y erosiona la credibilidad de la democracia española. Alemania ha reformado estos últimos cuarenta años su Constitución en sesenta ocasiones. En España sigue siendo, de manera inexplicable, un tema prohibido.
Cuestiones anacrónicas.
Entre las cuestiones a actualizar, sobresale la anacrónica prevalencia del hombre sobre la mujer en la sucesión de la Corona; la inviolabilidad del Rey, así como el artículo 49 para eliminar el término «disminuido físico, sensorial y psíquico» y cambiarlo por «personas con discapacidad». La Transición fue un gran éxito. Hoy necesitamos recuperar su capacidad de acuerdo para reformar la Constitución.