El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, decidió ayer destituir a Joan Torres, concejal del PI, de sus cargos de gobierno tras haber votado en contra de los presupuestos para el año que viene. Se trataba del enésimo desplante que hacía Torres a sus socios de gobierno durante esta legislatura, aunque en esta ocasión no supo medir la importancia que podría tener su voto en contra. Si un miembro del gobierno no está de acuerdo con unos presupuestos lo que tiene que hacer es dimitir, no esperar a que le echen. Pero Torres ha preferido que lo destituyesen.
Continuos desplantes
Al alcalde de Sant Antoni se le ha agotado la paciencia con Torres y ha optado por el único camino posible: prescindir de su hasta ahora socio de gobierno. No ha sido una legislatura fácil, como tampoco lo fue la pasada, pero el gobierno de Sant Antoni no puede seguir en manos de un político que piensa más en su protagonismo, en salir en fotografías y, sobre todo, en actuar a su aire sin tener en cuenta que forma parte de un gobierno de coalición. La imagen de Torres presentando los presupuestos el lunes y votando en contra al día siguiente habla por sí sola. De hecho, Marcos Serra ha tenido demasiada paciencia con su desleal socio del PI.
El futuro
A partir de ahora Marcos Serra deberá gobernar en minoría hasta las próximas elecciones. No parece probable que se pueda articular una moción de censura porque no le interesa a ningún partido político, pero lo que sí sería deseable es recuperar para el gobierno al concejal de Ciudadanos José Ramón Martín, que de manera precipitada anunció su marcha a la oposición a raíz de la postura mantenida por Joan Torres durante la votación. Ciudadanos tampoco puede permitirse más episodios de tensión de aquí a las elecciones. Lo importante ahora es que el Ayuntamiento de Sant Antoni recupere la normalidad y que los ciudadanos se olviden de tensiones políticas que no benefician a nadie.