Un informe ha desvelado que casi la mitad del alumnado admite que no actúa ante casos de acoso escolar que sufren sus compañeros. Son, sin duda, unas cifras muy preocupantes, que merecen una reflexión porque el ‘bullying’ es una auténtica pesadilla para muchos alumnos de Balears que quedan marcados de por vida debido a las humillaciones que padecen por parte de otros alumnos. No hay que pasar por alto que algunas de las víctimas llegan incluso a quitarse la vida por el daño irreparable que sufren y las secuelas que arrastran el resto de sus vidas. En los últimos años, con la irrupción de los teléfonos móviles entre los menores y el acceso ilimitado a páginas de internet, el ciberacoso se ha transformado en otra forma indirecta y muy cruel de vejar. En muchos casos, los acosadores se amparan en el anonimato de las redes sociales y crean cuentas falsas para cometer sus fechorías. La Ley es excesivamente permisiva con estas conductas, por lo que es imprescindible que se endurezcan las medidas. Tampoco no es recomendable que niños y niñas de edad escolar puedan moverse por internet sin restricciones. Allí es donde el control familiar es crucial.
Casos conocidos.
El informe desvela también que uno de cada cinco profesores conoce algún caso de acoso escolar en el centro donde desarrolla su actividad docente. Este dato da una idea de la dimensión del problema, ya que muchos otros casos de acoso no son conocidos o detectados a tiempo, y se enquistan peligrosamente, destrozando a la víctima.
Más concienciación.
Así pues, el estudio evidencia que pese a todas las campañas e iniciativas, aún falta concienciación entre los alumnos para que denuncien los casos de bullying que conocen y salven, de esta manera, a sus compañeros y compañeras de un suplicio en que puede llegar a acabar, por desgracia, de forma muy trágica.