El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, planteó hace unos días al presidente del Gobierno si estaba satisfecho con la aplicación de la Ley de la Vivienda. En una exposición muy clara, Esteban advirtió que mientras no se busquen incentivos para los propietarios de viviendas de alquiler no se solucionará el problema que afecta a miles de personas en España. El portavoz nacionalista recordó que el 85 por ciento de los pisos de alquiler son de pequeños propietarios y consideraba un error forzar soluciones con fondos buitres o grandes tenedores. También criticó que caiga sobre los propietarios asumir el coste de aquellos inquilinos que se declaran vulnerables para beneficiarse de una moratoria hasta diciembre de este año. Dijo que mientras no se dé seguridad jurídica a los propietarios y se planteen incentivos fiscales difícilmente la situación del mercado de alquiler pueda cambiar.
Ley de la vivienda.
No ha sorprendido que la Ley de la Vivienda aprobada por el Gobierno de Sánchez no tenga apenas efectos positivos en el mercado. Imponer restricciones a los propietarios sin garantizar la seguridad jurídica es una mala estrategia para incentivar que los pisos de alquiler salgan al mercado. Por el contrario, las leyes no protegen a los dueños de las viviendas que sufren inquilinos morosos. Los juzgados pueden llegar a tardar más de un año para desahuciar una vivienda y cada vez es más habitual la okupación, sin que tampoco se hayan adoptado medidas legales para acabar con esta lacra social.
La demagogia.
Por lo tanto, no se equivocaron los que pronosticaron que la Ley de la Vivienda no resolvería los problemas del sector. Los propietarios prefieren tener sus inmuebles cerrados y dejar de ingresar una renta porque tienen miedo a no cobrar o que los inquilinos se conviertan en okupas durante años y años. Por el contrario, el Gobierno y algunos de sus socios se han dedicado a criminalizar a los propietarios. Hablar de fondos buitres puede resultar útil para conseguir algunos votos, pero es plantear un debate irreal. Si lo que realmente quiere el Gobierno es solventar el problema de la vivienda debe afrontar que sin el apoyo de los propietarios va a resultar imposible. Desde la imposición y la demagogia no se conseguirá nada.