La última oleada de pateras de este lunes hacia Baleares arroja cifras preocupantes que deben empezar a tomarse en serio por el Gobierno central. Hasta la fecha, es decir mediados de noviembre y aún queda por cerrar el año, han llegado a las Islas al menos 4.810 inmigrantes en 290 pateras cuando el año pasado alcanzaron las islas un total de 128 embarcaciones con 2.278 inmigrantes ilegales. A todas luces, el presente ejercicio doblará al anterior en llegada de inmigrantes ilegales. Especialmente preocupante es la situación de las Pitiusas, pues dada su capacidad no pueden acoger a más menores migrantes. Formentera, de hecho, ha iniciado el proceso para devolver las competencias en Menores al Govern, pues actualmente tienen a 95 menores tutelados. A la pitiusa sur este año han llegado 2.161 inmigrantes ilegales.
Como Canarias.
El Govern lleva tiempo advirtiendo públicamente de que las Islas van camino de convertirse en unos años en Canarias, con unas rutas claras y definidas de inmigración irregular a las que no se les pone freno. De hecho, el Ministerio del Interior hizo públicos este lunes los escalofriantes datos de Canarias: más de 40.000 personas han llegado a Canarias en lo que llevamos de este año, lo que representa todo un récord. Interior destaca en su informe que este mes de noviembre también han crecido las llegadas a Baleares, pues en los primeros 15 días de este mes las Islas han recibido 1.362 migrantes, casi lo mismo que en todo el mes de octubre (1.501).
Ejemplar.
El Gobierno de Pedro Sánchez no está aportando ningún tipo de solución al crecimiento descontrolado de la inmigración ilegal hacia Baleares pese a las reiteradas advertencias que ha hecho el Govern. Bastante en entredicho y cuestionado está el papel de Alfonso Rodríguez, delegado del Gobierno en las Baleares, quien ha sido rápido en criticar la propuesta de Vox sobre la aplicación de técnicas médicas para determinar o no la minoría de edad de los migrantes que llegan a las Islas, pero no llega a reconocer que hay una ruta consolidada y clara hacia las Baleares. Urgen soluciones de un Gobierno central que, por el momento, ni está ni se le espera.